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Estrategia de la UE de Lucha contra el Terrorismo Yihadista

Los ataques yihadistas cometidos en Europa desde comienzos de 2015 han puesto de manifiesto que la amenaza del terrorismo islamista late en el corazón del viejo continente. La expansión del Estado Islámico (ISIS) ha incrementado el flujo de europeos que viajan a Siria e Irak para unirse a sus filas. Al menos, 30.000 combatientes procedentes de todo el mundo han hecho ya este trayecto para luchar bajo las órdenes del autoproclamado «califato». A falta de una política común, los Gobiernos de los países miembros de la Unión Europea intentan coordinar medidas de contraterrorismo. A corto plazo, el objetivo es evitar que ciudadanos europeos viajen a los territorios controlados por ISIS y vigilar a los sospechosos de haberse radicalizado, así como a los retornados. Incrementar la cooperación con los países del sur de Mediterráneo y el Sahel es otra de las prioridades. A largo plazo, sin embargo, será necesario desmontar la narrativa yihadista y promover medidas de integración de los jóvenes musulmanes que viven en Europa.

  1. El terrorismo en la agenda de seguridad de la Unión Europea

Los ataques yihadistas cometidos en Europa desde el comienzo de 2015 han puesto de manifiesto que la amenaza del terrorismo islamista no solo acecha desde fuera de las fronteras europeas sino que ahora se asoma también en el seno del viejo continente. Aunque ya se habían registrado con anterioridad ataques mortales, como los asesinatos de Tolouse en 2012 o el atentado contra el Museo Judío de Bruselas en 2014, la expansión del Estado Islámico (ISIS, en su sigla en inglés) desde junio de 2014 ha intensificado el flujo de europeos que viajan a las zonas que controla ISIS, en Siria e Irak, para unirse a sus filas. Es una clara señal de cómo el mensaje de yihad global que pretende difundir el autoproclamado califato –la organización se concedió a sí misma este estatus el 29 de junio de 2014 y aclamó como califa a Abu Bakr el Bagdadi- ha calado en un sector de la población musulmana en Europa, lo que supone, una de las mayores amenazas a la seguridad que afronta la Unión Europea. Las autoridades europeas son plenamente conscientes de este peligro. El informe anual de 2015 al Parlamento Europeo de la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, señala que «las actividades delictivas y la violencia bárbara de los grupos terroristas yihadistas pertenecientes al denominado Estado Islámico, o asociados a este, representan una gran amenaza para la región de Oriente Próximo y del Norte de África, para Europa y posiblemente para la paz y la estabilidad mundial”. El nivel de alerta es tan elevado, como en el caso de Francia, que se encuentra en alerta máxima por amenaza terrorista, que el Ministerio del Interior de Francia ya ha llegado a admitir que su país «desbarata atentados a diario». Según las últimas estimaciones de la Inteligencia estadounidense, al menos 30.000 personas procedentes de un centenar de países han viajado a Siria o Irak, muchos de ellos para unirse a las filas de ISIS. Las características de estas personas no permiten una fácil clasificación dada la notable diversidad de origen, edad-aunque muchos de ellos sean muy jóvenes- o de educación y preparación profesional. Unos son yihadistas curtidos que han militado o pertenecen a grupos militantes activos, otros son jóvenes sin experiencia o que no han pertenecido a ningún tipo de redes o grupos militantes y, finalmente, se ha de mencionar también aquellos que, sin haber tenido una simpatía por ningún tipo de grupos yihadistas, o grupos político-religiosos, en muy poco tiempo acaban enrolándose y viajan a Siria. La cifra de 30.000, que duplica la calculada hace un año, pone de manifiesto la efectividad de los llamamientos lanzados por los yihadistas a musulmanes extranjeros en Twitter unos 50.000 perfiles pertenecientes a miembros del Estado Islámico, según un informe de J. M. Berger y Jonathon Morgan para la Brookings Institution- y que utiliza la extrema violencia de sus atentados terroristas para hacer propaganda. El Estado Islámico no establece una diferencia en sus técnicas de reclutamiento entre Occidente y los países del norte de África y de Oriente Próximo. Según el experto en yihadismo William McCants, el califato emplea «mensajes apocalípticos» sobre el fin del mundo en comparación con otros grupos yihadistas, donde este tipo de apelaciones apenas tienen presencia. De acuerdo con sus investigaciones, muchos de los extranjeros que se unen a ISIS citan como motivación el apocalipsis y «ven la creación del califato como el cumplimiento de una profecía y quieren luchar en el lado correcto de la historia». Para McCants, mientras que Al Qaeda centró su estrategia en el ataque al territorio estadounidense, ISIS se centra en «la construcción de un Estado». Las autoridades europeas son plenamente conscientes del peligro del terrorismo yihadista. Desde los ataques de París, entre el 7 y el 9 de enero de 2015, contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo y contra un supermercado de productos judíos en los que murieron 17 personas –además de tres terroristas- los ministros de Interior de la UE escudriñan medidas para impedir ataques terroristas de corte salafista, detener a los yihadistas, localizar y arrestar a los responsables de células de captación, frenar el viaje de europeos a Siria e Irak y atajar el ciberterrorismo y el proselitismo a través de las redes sociales.través de una potente maquinaria de marketing que emplea Internet para difundir sus mensajes –hay

Una Europa distinta para una amenaza distinta.

Nuevo Contexto interior de países europeos De los 1400 millones de musulmanes que existen en el mundo, en Europa residen oficialmente 19 millones. Según el Secretario de Estado de Seguridad de España, Francisco Martínez, «en la actualidad, asistimos a un incremento de los procesos de radicalización en periodos de tiempo más cortos». Las razones del crecimiento del radicalismo islámico las podemos encontrar en el intento de imponer modelos político económicos foráneos en distintos países musulmanes y la descentralización de la autoridad religiosa del islam suní. A esto se le debe añadir el impacto de lo que se denominan eventos catalizadores, es decir, eventos que transformaron radicalmente la región. Estos fueron la revolución iraní, la guerra de Afganistán, la Guerra del Golfo, el conflicto palestino israelí, los ataques del 11S, y la Guerra de Irak (donde por primera vez, tras el proceso descolonizador, Occidente asume la responsabilidad de reconstruir un país musulmán). Por otro lado, en Europa, integrar estas comunidades tan diferentes es uno de los principales retos de los distintos países y de Europa en su conjunto como forma de acabar con el terrorismo a largo plazo.

Como bien apuntan Angel Rabasa y Cheryl Benard, si bien la primera generación de extremistas en Europa provenía, en su mayoría, de las concesiones de asilo y de refugiados (individuos con un claro activismo político antes de entrar en Europa), en la actualidad el perfil de los individuos radicalizados es diferente, el de ciudadanos jóvenes descendientes de inmigrantes que se radicalizan por diversos motivos. El impacto de la crisis económica internacional en el conjunto de los distintos estados miembros de la Unión y al fracaso de las políticas de inmigración e integración son dos de las causas que han dado lugar a una juventud desarraigada, frustrada y con muy pocas posibilidades de futuro dentro de las sociedades europeas. Esto no quiere decir, ni mucho menos, que todos los jóvenes que no encuentran un futuro en los países de la Unión Europea experimenten procesos de radicalización, ni que se encuentren excluidos de la sociedad. Pero sí una minoría, que tampoco es capaz de encajar en el marco de sus comunidades representadas aquí en Europa, encontrará en esa vuelta a los orígenes de sus antepasados y en la culpabilidad del estado de acogida una salida «válida» a sus frustraciones. El enemigo lejano ha pasado a convertirse en el enemigo cercano. Ciudadanos de pleno derecho, que conocen la lengua, las leyes y residen en nuestro territorio se convierten así en peones listos para golpear con la tremenda dificultad que esto supone en lo que a las políticas de contención se refiere. En palabras de Fernando Reinares, «jóvenes que, en un período crítico de su ciclo vital individual, atraviesan por una crisis de identidad para la que el EI está ofertando una solución» La falta de integración o el fracaso del multiculturalismo no son las únicas fuentes o vías de radicalización en los últimos años en Europa. Las prisiones son otro de los principales focos de radicalización. No sólo por el sentimiento de venganza sobre el carcelero, también por el sentido de unidad personal sobre el que «es como tú». Y, en la actualidad, las redes sociales. Por último, algo que se tiende a pasar por alto a la hora de estudiar los procesos de radicalización son los cuestiones subjetivas personales que llevan a un individuo y no a otro a pasar de tener ideas radicales a identificar la violencia como necesaria para llevar a cabo este cambio necesario, presente en esas ideas radicales. Internet ha ayudado enormemente a cristalizar este tipo de procesos poniendo a disposición de personas con inquietudes radicales, propaganda, entrenamiento y planeamiento operacional.

En 2005, el Consejo adoptó la Estrategia de la UE de Lucha contra el Terrorismo para combatir el terrorismo a escala mundial y contribuir a una Europa más segura.

Puesto que los ciudadanos de Europa y de otros lugares siguen siendo golpeados por atentados terroristas mortíferos, la lucha contra el terrorismo constituye una prioridad absoluta para la UE, sus Estados miembros y sus socios.

La estrategia se centra en cuatro pilares:

  • prevenir
  • proteger
  • perseguir
  • responder

En todos estos pilares, la Estrategia reconoce la importancia de la cooperación con terceros países e instituciones internacionales.

Prevenir

Abordar las causas de la radicalización y la captación de terroristas constituye una prioridad clave para la UE. Con este fin, el Consejo adoptó en 2008 una Estrategia de la UE para luchar contra la radicalización y la captación de terroristas.

Esta estrategia se revisó en junio de 2014 a la luz de fenómenos nuevos, como el terrorismo en solitario, los combatientes extranjeros y el uso de los medios sociales por parte de los terroristas.

En diciembre de 2014, el Consejo adoptó orientaciones para aplicar la estrategia revisada por parte de los Estados miembros.

Proteger

Proteger a los ciudadanos y las infraestructuras y reducir la vulnerabilidad ante los atentados constituye la segunda prioridad de la Estrategia de la UE de Lucha contra el Terrorismo.

Esto incluye reforzar la seguridad en las fronteras exteriores, mejorar la seguridad de los transportes, proteger los objetivos estratégicos y reducir la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas.

En este ámbito, la UE adoptó, en abril de 2016, una Directiva que reglamenta la utilización de los datos del registro de nombres de los pasajeros (PNR). Los Estados miembros han de empezar a aplicar las nuevas normas en un plazo de dos años.

Perseguir

La UE está trabajando para reducir la capacidad de planificación y organización de los terroristas y para ponerlos a disposición de la justicia.

Para alcanzar estos objetivos, la UE se ha centrado en:

  • reforzar las capacidades nacionales;
  • mejorar la cooperación y el intercambio de información entre las autoridades policiales y judiciales;
  • combatir la financiación del terrorismo;
  • privar a los terroristas de sus medios de apoyo y comunicación.

En mayo de 2015, el Consejo y el Parlamento Europeo adoptaron nuevas normas destinadas a prevenir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.

Responder

Preparar, gestionar y reducir lo más posible las consecuencias de un atentado terrorista constituye el cuarto objetivo de la Estrategia de la UE de Lucha contra el Terrorismo.

Para ello se debe mejorar la capacidad para gestionar las consecuencias y coordinar la respuesta y las necesidades de las víctimas.

Las prioridades en este ámbito incluyen:

  • la elaboración de dispositivos de coordinación de la UE en caso de crisis;
  • la revisión del mecanismo de protección civil;
  • la elaboración de instrumentos de evaluación de riesgos;
  • la puesta en común de buenas prácticas en la asistencia a las víctimas del terrorismo.

Entre las prioridades de los últimos años cabe citar las siguientes:

  • definir los mecanismos de aplicación de la cláusula de solidaridad por la UE, mediante una Decisión del Consejo adoptada en junio de 2014;
  • revisar los dispositivos de coordinación de la UE en caso de emergencias y crisis, sustituidos en junio de 2013 por el Dispositivo Integrado de Respuesta Política de la UE a las Crisis (DIRPC);
  • revisar la legislación de la UE en materia de protección civil a finales de 2013.

Cooperación con socios internacionales

La Estrategia de la UE de Lucha contra el Terrorismo tiene que aplicarse a escala mundial. En efecto, la seguridad de la UE está estrechamente vinculada con la situación en otros países, en especial en los Estados vecinos.

En junio de 2014, el Consejo Europeo pidió que se llevara a cabo una política antiterrorista eficaz que integrara los aspectos internos y externos. En febrero de 2015, los dirigentes de la UE destacaron la necesidad de que la UE colabore más con terceros países en cuestiones de seguridad y en la lucha contra el terrorismo.

El tema de la lucha contra el terrorismo está presente en las relaciones entre la UE y terceros países de muchas formas, entre las que se incluyen:

  • los diálogos políticos de alto nivel;
  • la adopción de cláusulas y acuerdos de cooperación, o de asistencia específica;
  • los proyectos de creación de capacidades con países estratégicos.

La UE coopera en materia de lucha contra el terrorismo con países de:

  • Balcanes Occidentales
  • África (Sahel, Norte de África y Cuerno de África)
  • Oriente Medio
  • América del Norte
  • Asia

La cooperación con los EEUU es un componente fundamental de la Estrategia de la UE. En los últimos años, se han alcanzado acuerdos de cooperación en ámbitos como la financiación del terrorismo, los transportes y las fronteras, la asistencia judicial mutua y la extradición. Las autoridades de los EEUU colaboran ahora de forma cada vez más estrecha con Europol y Eurojust. La UE también colabora estrechamente con otras organizaciones regionales e internacionales para forjar un consenso internacional y promover normas internacionales para luchar contra el terrorismo. La UE trabaja con las Naciones Unidas y el Foro Mundial contra el Terrorismo, así como con organizaciones regionales como el Consejo de Europa, la OSCE, la Liga de los Estados Árabes y la Organización de Cooperación Islámica, entre otros. En el marco de su cooperación con las Naciones Unidas, y a raíz de una serie de resoluciones del Consejo de Seguridad, la UE ha adoptado medidas restrictivas contra personas o entidades asociadas a la red Al Qaeda.

David Odalric de Caixal i Mata: Historiador Militar, experto en Geoestrategia Internacional y Terrorismo Yihadista. Director del Área de Seguridad y Defensa de INISEG (Instituto Internacional de Estudios en Seguridad Nacional). Director del Observatorio contra la Amenaza Terrorista y la Radicalización Yihadista (OCATRY). Asesor en Seguridad y Defensa en HERTA SECURITY. Director de OSI INTELLIGENCE (Occidental Studies Institute-USA) Membership research projects in support of Veterans of the Armed Forces of the United Kindom. Membership in support of the AUSA (Association of the United States Army) Miembro asesor de la Sección de Derecho Militar y Seguridad del ICAM (Ilustre Colegio de Abogados de Madrid). Membership in support of the Friends of the Israel Defense Forces. Miembro del Consejo Asesor del LIKUD-SERBIA (Israel)