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La Política de Contención: El Canal de Suez- La carrera hacia el abismo político y militar: del aumento de las tensiones a la crisis de Cuba,

El mundo a pesar de la Cubre de Ginebra de 1955 tenía dos esferas de poder claras, EE.UU. y la URSS. Los EE.UU. empezarían, una vez asegurada Europa, a aplicar la Política de Contención en otras regiones del mundo. El Oriente Medio era considerado zona de disputa Occidental y la URSS lo vio como un buen objetivo para su venta de armas, siempre a través de un tercero, y así enconar el Conflicto Arabe-Israelí. Oriente Medio era zona de influencia británica, donde desde la Liga Arabe hasta la Legión Arabe eran productos británicos. Los puntos clave de la política británica eran el petróleo de Irán y el canal de Suez. En un territorio de especial interés para el Reino Unido, Egipto, un grupo de jóvenes militares depuso al pro-británico rey Faruk y el carismático Nasser se hizo con el país. Debemos recordar que los EE.UU. nunca quisieron intervenir en el Oriente Medio, al contrario que en Grecia y Turquía, a pesar de las invitaciones de Churchill, porque lo consideraban un vestigio colonial y como tal no defendible bajo los principios de autodeterminación norteamericanos. Los EE.UU. pensaron que los revolucionarios del Oriente Medio verían en la potencia americana un ejemplo a seguir y si bien estos revolucionarios utilizaban términos democráticos en la puesta en escena, en realidad fueron pura retórica para hacerse con el poder y sacudirse el colonialismo inglés y francés. Muchos de los revolucionarios eran marxistas y se apoyaron en el conflicto Oriente-Occidente para alzarse en el poder. Así, los EE.UU se vieron en esta zona del mundo atraído por el imán de la Política de Contención. Además de la hegemonía sobre el estratégico canal, este conflicto puso en el foco de la atención internacional el tema de las dos esferas de influencia en el mundo de la Guerra Fría y la intromisión de cada una de las partes, Occidente y la URSS, en el área correspondiente al adversario. Aunque Moscú amenazó con tomar parte en la guerra de Suez e incluso con atacar a Londres y París, el conflicto se resolvió con respeto de las áreas de influencia de cada bloque. Este hecho, como apuntan algunos historiadores, contribuyó a consolidar la idea de la existencia de un mundo bipolar con fronteras «inviolables» En 1954, Gamal Abdel Nasser llega al poder en Egipto dando un giro espectacular a la política exterior del principal país árabe. Apoya la FLN argelino, propone una política de unidad árabe contra Israel y, tras participar en la Conferencia de Bandung se une al Movimiento de los Países No Alineados, jugando a la equidistancia entre el Este y el Oeste. La reacción norteamericana fue inmediata poniendo fin a las negociaciones que debían financiar la gran obra de la presa de Assuan en el Nilo. La respuesta de Nasser no se hizo esperar: el 26 de julio de 1956 anunció la nacionalización del canal de Suez. Francia y Gran Bretaña, principales accionistas y beneficiarias del uso del canal deciden intervenir militarmente. Israel, inquieta ante las amenazas de Nasser decide ayudar en la intervención. El 29 de octubre, Israel ataca la península del Sinaí que ocupa en pocos días. El 31 de octubre tropas franco-británicas inician los ataques que culminan con el control por parte de grupos de paracaidistas de Port-Said y el desembarco de tropas. Esta acción de las dos antiguas potencias coloniales se encontró con la reacción inmediata de las dos superpotencias. El 5 de noviembre, la URSS amenaza a los agresores con represalias atómicas Los EE.UU., que temen que el mundo árabe y todo el Tercer Mundo pudieran orientar su política exteior hacia el bloque soviético, presionan a París y Londres para que cesen en su intervención. Las dudas del premier británico, Anthony Eden, se disipan cuando los norteamericanos ponen masivamente en venta libras esterlinas. La caída de la divisa británica hizo que Londres convenciera a París para acabar con la intervención. Tras la retirada franco-británica e israelí, la crisis de Suez trajo importantes consecuencias:

  • El Reino Unido y Francia toman finalmente conciencia de que han dejado de ser grandes potencias. Es más, Washington y Moscú no han dudado en dejárselo claro a las dos antiguas potencias coloniales.
  • Nasser se convierte en el gran vencedor. Consigue transformar una derrota militar en una victoria política. La nacionalización del canal se mantiene y el prestigio del líder egipcio aumenta de forma espectacular.
  • La URSS consigue iniciar su influencia en el conflicto del Oriente Medio. En adelante, su apoyo a los países árabes contrastará con la cerrada alianza que EE.UU. mantendrá con Israel.
  • El Tercer Mundo consigue su primera victoria. Norteamericanos y soviéticos son conscientes de que en adelante deben de contar con la influencia de esos jóvenes Estados.

La política norteamericana intentó combinar el poner fin al colonialismo británico y crear una estructura de contención en el Oriente Medio. Un Pacto de Bagdad y una Alineación de Naciones del Norte no bastaron para sacar a la URSS de la influencia que ejercía en el Oriente Medio. Un Nasser desconfiado que no ansiaba dominaciones, negó la paz con Israel y aplaudió el proyecto de la presa de Asuán en un esfuerzo anglo-norteamericano, donde la mayor parte de la inversión sería de los EE.UU. Asúan sirvió a Nasser para jugar con las potencias; pero no le dulcificó pues ansiaba el liderazgo árabe en la zona. La Guerra de Suez tuvo repercusiones muy profundas sobre las relaciones internacionales no sólo porque supuso un acto de presencia de las naciones no alineadas surgidas de la descolonización y un neto triunfo diplomático de las mismas sino porque también tuvo una importante repercusión sobre el resto de las potencias que se vieron involucradas en los acontecimientos. Suez, por ejemplo, vino a ser algo así como el último rugido del león británico, Macmillan, después de concluido el período bélico, le dijo a Dulles que quizá pasados doscientos años se darían cuenta los Estados Unidos de lo que los británicos habían padecido como consecuencia de esta guerra. Eden en sus memorias aduce que el resultado de la crisis fue impuesto por la actitud norteamericana que no fue la propia de un aliado; su propuesta de que los petroleros británicos dieran la vuelta por el cabo de Buena Esperanza era inviable desde el punto de vista económico. El nuevo premier británico fue capaz de restablecer la relación con los norteamericanos pero al precio de mantener respecto a ellos una actitud de virtual absoluta dependencia. Lo que no consiguió fue restablecer la situación de la economía británica, que dependía ya desde antes por completo de la norteamericana. Curiosamente, los Estados Unidos hubieran podido hundir las cotizaciones mundiales del algodón, el único producto exportable de la agricultura egipcia, por el procedimiento de lanzar al mercado mundial sus inmensas reservas. Pero no lo hicieron, sino que emplearon su poder económico en contra de un aliado sempiterno y que lo fue todavía más a partir de este momento.

¿Cuáles fueron las razones que llevaron a EE.UU. y la URSS a adentrarse en un período de relativa distensión en sus relaciones? Esencialmente podemos señalar tres motivos:

La política norteamericana intentó combinar el poner fin al colonialismo británico y crear una estructura de contención en el Oriente Medio. Un Pacto de Bagdad y una Alineación de Naciones del Norte no bastaron para sacar a la URSS de la influencia que ejercía en el Oriente Medio. Un Nasser desconfiado que no ansiaba dominaciones, negó la paz con Israel y aplaudió el proyecto de la presa de Asuán en un esfuerzo anglo-norteamericano, donde la mayor parte de la inversión sería de los EE.UU. Asúan sirvió a Nasser para jugar con las potencias; pero no le dulcificó pues ansiaba el liderazgo árabe en la zona. La Guerra de Suez tuvo repercusiones muy profundas sobre las relaciones internacionales no sólo porque supuso un acto de presencia de las naciones no alineadas surgidas de la descolonización y un neto triunfo diplomático de las mismas sino porque también tuvo una importante repercusión sobre el resto de las potencias que se vieron involucradas en los acontecimientos. Suez, por ejemplo, vino a ser algo así como el último rugido del león británico, Macmillan, después de concluido el período bélico, le dijo a Dulles que quizá pasados doscientos años se darían cuenta los Estados Unidos de lo que los británicos habían padecido como consecuencia de esta guerra. Eden en sus memorias aduce que el resultado de la crisis fue impuesto por la actitud norteamericana que no fue la propia de un aliado; su propuesta de que los petroleros británicos dieran la vuelta por el cabo de Buena Esperanza era inviable desde el punto de vista económico. El nuevo premier británico fue capaz de restablecer la relación con los norteamericanos pero al precio de mantener respecto a ellos una actitud de virtual absoluta dependencia. Lo que no consiguió fue restablecer la situación de la economía británica, que dependía ya desde antes por completo de la norteamericana. Curiosamente, los Estados Unidos hubieran podido hundir las cotizaciones mundiales del algodón, el único producto exportable de la agricultura egipcia, por el procedimiento de lanzar al mercado mundial sus inmensas reservas. Pero no lo hicieron, sino que emplearon su poder económico en contra de un aliado sempiterno y que lo fue todavía más a partir de este momento.

¿Cuáles fueron las razones que llevaron a EE.UU. y la URSS a adentrarse en un período de relativa distensión en sus relaciones? Esencialmente podemos señalar tres motivos:

La crisis de los misiles en Cuba en 1962 hizo tomar conciencia a las superpotencias del peligro mortal de la posesión y multiplicación de su arsenal nuclear.
Las dos superpotencias consideraron por diferentes motivos que una relajación de las tensiones favorecía a sus objetivos a largo plazo. Podemos hablar en ese sentido de la distensión como un medio para obtener los fines a largo plazo de cada superpotencia.
Ambas potencias atravesaron un período de contestación en sus respectivos bloques. La URSS, debilitada por el conflicto chino-soviético, tuvo que hacer frente entre otros conflictos a la Primavera de Praga en Checoslovaquia. EE.UU. vio como la Unión Europea se consolidaba como una potencia económica y como en el seno de la OTAN surgió la disidencia concretada en la Francia de De Gaulle.
La Crisis de los Mísiles de Cuba Fue una de las mayores crisis, junto al Bloqueo de Berlín y los ejercicios Able Archer 83, entre ambas potencias durante la Guerra Fría y en la de Cuba es donde más cerca se estuvo de una guerra nuclear. De hecho sólo dos veces en la historia se ha alcanzado un DEFCON 2 en Estados Unidos. La crisis abarca el período comprendido entre el descubrimiento de los misiles (15 de octubre de 1962) hasta el anuncio de su desmantelamiento y traslado de vuelta a la URSS (28 de octubre de 1962). Sin embargo, a otros niveles se extendió hasta noviembre de 1962 e incluso enero de 1963 en sucesivas mini crisis La instalación de misiles nucleares por parte de personal militar soviético en Cuba fue descubierta por las fotografías de un tipo especial de avión espía estadounidense, el U-2, en vuelo sobre Cuba a mediados de 1962. Analistas de la CIA señalaron al presidente John F. Kennedy que las estructuras fotografiadas en Cuba parecían corresponder a instalaciones de misiles, todavía no operativas pero que lo estarían en poco tiempo, lo cual significó para el gobierno de EE. UU una gran preocupación por cuanto apenas 200 kilómetros separaban al territorio estadounidense (específicamente la península de Florida) de las costas cubanas (distancia que se consideraba fácilmente superable por los misiles soviéticos). El 22 de octubre de 1962, Kennedy se dirigió al público estadounidense con un mensaje televisado de 17 minutos. Allí, habló por primera vez públicamente de establecer una cuarentena y un «cerco naval» alrededor de la isla de Cuba. Para cumplir esta medida se desplegaron barcos y aviones de guerra estadounidenses a partir del 23 de octubre, destinados a ejercer un auténtico bloqueo aéreo-naval. Enterado de lo ocurrido, Nikita Jrushchov dirigió un mensaje a Kennedy el 24 de octubre señalando: «La URSS ve el bloqueo como una agresión y no instruirá a los barcos que se desvíen»; pero en las primeras horas de la mañana, los buques soviéticos disminuyeron la velocidad en sus desplazamientos hacia Cuba, con el fin de evitar algún conflicto mayor

Los orígenes del conflicto residen en la siguiente cadena de hechos:

1. Desde 1959, la Revolución Cubana impulsó varias medidas de carácter popular algunas de las cuales, como la Ley de Reforma Agraria, afectaron intereses estadounidenses en la isla. Como respuesta, la administración de Eisenhower inició una agenda política dirigida a derrocar el régimen popular recién instaurado. Ésta comprendía el bloqueo económico, propaganda contrarrevolucionaria, fomento y apoyo de grupos armados dentro de Cuba contrarios a Fidel Castro, sabotajes a instalaciones económicas y civiles, filtración de espías; ataques piratas, quemas de campos de caña de azúcar, intentos de asesinato a sus principales líderes; violaciones del espacio aéreo y naval por aviones y La navíos de guerra estadounidenses. Y, finalmente, poner en marcha un plan para invadir militarmente a la isla utilizando exiliados cubanos y mercenarios latinoamericanos. Aunque participarían pilotos de guerra estadounidenses, no estaba prevista la intervención directa del ejército de Estados Unidos.

2. La derrota sufrida por la administración Kennedy en el intento de invadir Cuba, utilizando un desembarco de disidentes entrenados por la CIA por Bahía de Cochinos. La respuesta militar desencadenada por Cuba bajo la dirección de Fidel Castro derrotó la invasión en menos de 72 horas.

3. Como respuesta al fracaso de Bahía de Cochinos, Estados Unidos puso en marcha la Operación Mangosta. Ésta constituía, entre otras cosas, un plan secreto de invasión militar a Cuba, pero ahora de manera directa utilizando el ejército estadounidense. Se planeaba iniciar el conflicto mediante una provocación tipo USS Maine que tuviera lugar en la Base Naval de Guantánamo o en las aguas jurisdiccionales de Cuba.

4. Los servicios de Inteligencia de la Unión Soviética detectan el plan de invasión militar inminente y notifican a Cuba.

5. El líder soviético Nikita Jrushchov aprovechó la coyuntura para proponer a La Habana la instalación en Cuba de cohetes de alcance medio como medida disuasiva contra los planes del gobierno estadounidense. Fidel Castro entra en desacuerdo y le dice que con ese propósito, es preferible un acuerdo militar entre Cuba y la URSS. En dicho tratado se establecería que una invasión a Cuba sería equivalente a un ataque directo a la Unión Soviética, pero Jrushchov no estuvo de acuerdo e insiste en que la instalación de los misiles no solo serviría para proteger a Cuba, sino también para aumentar la capacidad defensiva de todo el bloque socialista. El líder cubano acepta, pero sugiere que el traslado y la instalación de los cohetes se realicen de forma pública. Sin embargo, los soviéticos se niegan a hacerlo antes de que los cohetes queden operativos.

6. Por su cercanía a Estados Unidos, una base de misiles de este tipo potencialmente podía vulnerar a aquel país, compensando la escasa provisión soviética de misiles de alcance intercontinental, igualando así la amenaza que significaba para el pueblo soviético los misiles estadounidenses emplazados en Turquía, estado fronterizo con la URSS, y en la República Federal Alemana. Por ello, el líder soviético Nikita Jrushchov y su gobierno decidieron asegurar la isla con la instalación de bases de misiles, con capacidad para alcanzar Estados Unidos y dispuestos para llevar cabezas nucleares. Daban así un paso más en lacarrera armamentista que caracterizó el periodo de la guerra fría entre estas dos potencias.

7. Los soviéticos habían subestimado la capacidad de los servicios de Inteligencia de los Estados Unidos que no tardaron en detectar la presencia de las bases de misiles mediante violaciones del espacio aéreo cubano con aviones espías U-2.

8. Estados Unidos pide cuentas a la URSS, pero esta vez los líderes soviéticos prefieren probar la táctica del engaño y seguir ocultando la operación.