El Pentágono ha divulgado que destina 9 millones de dólares diarios a la lucha contra el Estado Islámico en Irak y Siria. El costo total de la operación desde el pasado 8 de agosto ya ha alcanzado 2.740 millones de dólares. Esta cifra no ha impedido la expansión territorial del EI, que se apoderó de una serie de ciudades clave en Irak y, en parte, también en Siria. Dos terceras partes del dinero gastado por el Pentágono durante más de 300 días de la operación se han destinado a ataques aéreos, según los datos publicados en el Departamento de Defensa de EE.UU. Hasta el momento estos bombardeos han resultado ineficaces, ya que la coalición internacional no ataca la infraestructura petrolera que está bajo el control del grupo radical, de manera que no se ha interrumpido la fuente de ingresos del Estado Islámico. Para construir un Estado, hacen falta ingresos y eso no se consigue con los métodos habituales de un grupo terrorista –robos, pago de secuestros, extorsiones–, sino a través de un sistema impositivo, que el EI ya ha comenzado a establecer en Siria, y mediante los ingresos de la economía tradicional. El Estado Islámico controla siete pozos de petróleo en Irak y otros seis en Siria (de los diez con que cuenta este país árabe) y según los cálculos producen unos 400.000 barriles por día, es decir, el equivalente al 0,43% de la producción mundial. Los volúmenes que maneja el EI son “una gota en el océano de la producción global” Sin embargo, estos volúmenes que controla el EI sí que son muy significativos en cuanto a generación de ingresos para el grupo. La embajadora de la Unión Europea (UE) en Irak, la diplomática checa Jana Hybaskova, reveló que algunos Estados miembros del bloque comunitario han comprado crudo iraquí, robado por el Estado Islámico. Sin embargo, se negó a revelar los nombres de los países en cuestión ante la presión impuesta por algunos miembros de la Euro-cámara. Asimismo, otros informes acusan a Turquía de comprar y permitir el transporte de petróleo por parte del Estado Islámico y el denominado Frente Al-Nusra, vinculado a Al-Qaeda. Las principales ganancias del movimiento extremista llagan de la venta en el mercado negro del petróleo de los pozos que ha capturado en Irak y Siria. “Compramos un camión cisterna de 26 a 28 toneladas por 4.200 dólares y luego lo vendemos en Turquía o en Jordania por 15.000 dólares” y los terroristas pagan a los corruptos vigilantes de fronteras unos 650$. Si el grupo yihadista pudiera llegar a controlar los territorios en los que las milicias están avanzando, los ingresos podrían ascender hasta los 3 millones diarios y se alcanzarían los 100 millones de dólares al mes. Los ingresos más importantes del EI dependen de la existencia continua de su estructura burocrática dentro de los territorios bajo su control, y hay poco que uno pueda hacer para interrumpirlo, a menos que se destruya esa estructura. Hay que matizar que menos de un tercio de los ingresos del Estado Islámico proviene del petróleo y, sin embargo, casi la mitad de beneficios son confiscaciones a los habitantes del territorio que está siendo ocupado por los terroristas. Un dato curioso es que, durante este periodo de tiempo, solo una parte limitada de los ingresos del Estado Islámico (un 27,7%) provino de las ventas de petróleo., es especialmente interesante por Deir ez Zor tiene las “mejores explotaciones de petróleo de Siria” En lugar de ello, la gran mayoría de sus ingresos, proviene de los impuestos (un 23,7%), un (3,9%) de la electricidad y el gas y las confiscaciones y expolio a los yacimientos arqueológicos saqueados por los terroristas sería de un (44,7%), donde veríamos que la mayor parte de los ingresos de los terroristas vendrían por el saqueo de los yacimientos arqueológicos. No olvidemos que aunque los terroristas han causado miles de muertes, también han causado pérdidas irreparables en el patrimonio histórico y cultural de la humanidad. Casi 2.500 iglesias, mezquitas y monumentos de Siria e Irak o las antiguas ciudades de Hatra, Nimrud o la propia Palmira, fueron destruidos por los buldozers mazas y explosivos del Estado Islámico. Milenios de historia han sido arrasados por los martillos de la ignorancia y la radicalización islamista. Con cada monumento que se destruye perdemos una pequeña parte de nuestra historia. La lógica de estas acciones, es que para los extremistas yihadistas, los monumentos y las estatuas son una muestra de “shirk” es decir, representarían ídolos y dioses falsos. “Shrik” en el islam es equivalente a “haram” prohibido. Los terroristas dicen que la imagen de un ser vivo es “haram”, pero no son aprensivos a la hora de usar estatuas para obtener ganancias financieras a través de la venta en el mercado negro de todo el patrimonio histórico saqueado y vendido en la ciudad turca de Alejandreta.