SESTA y FOSTA. Ése es el nombre que reciben las dos leyes que, aprobadas prácticamente por unanimidad y promulgadas por el presidente de los EE.UU., Donald Trump, el 11 de abril del pasado año, atribuyen responsabilidades penales a aquellas páginas webs que publiquen anuncios de prostitución.
La aprobación de estas leyes contra los portales de sexo en EE.UU. supuso el cierre de lo que hasta entonces había sido una de las más importantes páginas de anuncios on-line de la red, Backpage.com. Esta web se unió al mercado de la publicidad on line en 2011. Su rápido crecimiento fue acompañado de una polémica que, con el tiempo, fue ganando en intensidad. Para muchos analistas, Backpage.com permitía la publicación de anuncios de usuarios que, de un modo u otro, violaban leyes estatales. Para algunos de estos analistas, la famosa página de publicidad online llegaba a publicar anuncios en los que se ofrecían servicios de prostitución prestados por menores.
Durante mucho tiempo, Backpage se había defendido legalmente basándose en un argumento que aparecía recogido en la Ley de Decencia en las Comunicaciones. Según dicho argumento, el culpable de cometer una ilegalidad a la hora de publicar un anuncio online no era tanto la página web (que no era considerada autora de los anuncios) como el anunciante en sí. Así, las acusaciones, cuando existían, caían sobre los publicadores y no sobre el sitio. Ese argumento es, precisamente, el que intentó desarmar la FOSTA. Aprobada por el Congreso con un apoyo casi unánime tanto del Partido Republicano como del Partido Demócrata, la FOSTA decretaba que no era necesario que Backpage hiciese “ella misma” los anuncios para cometer un acto ilegal. Según la FOSTA, bastaba con que Backpage “facilitara” su publicación para, así, cometer el acto ilegal.
El amplio apoyo congresista a la FOSTA no se ha reflejado, sin embargo, en otros sectores de la sociedad estadounidense. Desde Google hasta el Departamento de Justicia de los EE.UU. (que difundió una carta antes de la aprobación de la ley en la que expresaba sus dudas sobre la utilidad de la misma y alertaba sobre sus posibles consecuencias) pasando por asociaciones de prostitutas, por asociaciones en defensa de la libertad de expresión o por la Electronic Freedom Foundation, un grupo de defensa del comercio y la publicidad online, son muchas las voces que se han alzado contra la SESTA y la FOSTA.
Para empezar, esas voces críticas contra las leyes de la Administración Trump contra los anuncios de sexo online resaltaban que, al prohibir el hablar de sexo en las webs, no se hacía distinción alguna entre trata de personas y prostitución ejercida de manera libre y consensuada por personas adultas que encuentran en la prestación de servicios sexuales una manera de ganarse la vida. Otras voces críticas con la SESTA y la FOSTA apuntaban, así mismo, que las nuevas leyes atentaban contra la Primera Enmienda, texto legal estadounidense en el que se halla recogida la libertad de expresión.
Entre los directorios de trabajo sexual que tuvieron que cerrar tras la aprobación de las mencionadas leyes contra los anuncios sexuales en internet hay que destacar CityVibe, NightShift, las secciones de anuncios personales de sitios como Craigslist y, por supuesto, Backpage. Este portal, de hecho, ya había recibido anteriormente un duro golpe cuando Visa, Mastercard y American Express habían prohibido el uso de sus tarjetas para realizar transacciones con Backpage. Al ser finalmente confiscado Backpage por el FBI y detenido su propietario, las trabajadoras sexuales vieron cómo se les cerraba una puerta muy útil para encontrar trabajo.
El cierre de dichos portales ha supuesto que muchas prostitutas de Estados Unidos tengan que volver a la calle para ejercer su oficio, lo que, sin duda, resulta mucho más peligroso para la trabajadora sexual en cuestión que el poder ejercerlo a través de las páginas webs de prostitución. De hecho, existen estudios que señalan que las páginas de anuncios de sexo online han servido para dar seguridad a las mujeres que en ellas se anuncian y para reducir la tasa de homicidios femeninos.
Para intentar paliar los efectos negativos para sus intereses derivados de la aprobación y aplicación de estas leyes contra la publicidad online de prostitución, son muchas las trabajadoras sexuales que intentan construir plataformas que escapen al control o al alcance de las autoridades estadounidenses. Sitios webs fundados y alojados en lugares tan diversos como Islandia o Australia están sirviendo para que las trabajadoras sexuales estadounidenses recuperen algo de lo que perdieron con Backpage.
En España tenemos varias webs que se dedican exclusivamente a la promoción de prostitución como pueden ser las de Escorts en Barcelona o Escorts en Madrid ya que los tablones estilo Backpage decidieron escindir sus secciones de anuncios eróticos en nuevas webs, como el caso de milanuncios.com con pasion.com y así evitar que con cambios de regulaciones todo su negocio se viera afectado. Con la tendencia abolicionista de partidos como PSOE y PP, es muy probable que suceda el caso de Estados Unidos.