Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial nos encontramos un mundo de enfrentamiento bipolar entre las dos grandes potencias surgidas del final de la Guerra, EEUU y la Unión Soviética, pero tras la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética nos encontramos un mundo unipolar con una sola potencia, EEUU, pero tras el rearme de Rusia a partir de 2005 nos volvemos a encontrar en un sistema en el Orden Mundial de multipolarismo entre dos potencias, pero en 2016 nos encontramos en las escena geoestrategia internacional de tres potencias, con lo que en el Nuevo Orden Mundial veremos que nos encontramos en un enfrentamiento de tripolaridad entre EEUU, Rusia y China. Este concepto se refiere a la distribución del poder dentro de un sistema internacional. Básicamente hay tres modalidades de polarización de un sistema internacional: “Unipolaridad, Bipolaridad, y Multipolaridad”. Una cuarta clase, menos utilizada, se refiere a un esquema tripolar, o sea cuando claramente existen tres grandes focos o centros de poder. La mayor parte de los teóricos en materia de relaciones internacionales, considera que la conformación y el funcionamiento de un sistema internacional, depende en grado sumo de cómo se distribuye el poder entre las distintas naciones líderes, así como de la efectiva influencia o hegemonía de cada uno de estos estados en una región en particular o a nivel internacional. Una de las dificultades para identificar o definir un centro de poder, radica en la caracterización y análisis del tipo de poder de que se trate. No existe consenso sobre qué modalidades de poder son más o menos importantes que otras, y cuáles son características esenciales de una superpotencia o de una potencia regional. No obstante, existe un relativo consenso de que el poder militar, el poder económico, y el poder político-diplomático, son determinantes cualquiera sea la jerarquización o clasificación que se adopte. La discusión sobre este asunto, debe centrarse en lo que debe entenderse por poder, en cómo mensurar el poder de un determinado país, en el tipo de poder que se considera (real e inmediato, o potencial o diferido), en la jerarquización que se tiene en cuenta al evaluar las distintas categorías de poder, etc. Simplemente no hay consenso al respecto, pues las corrientes teóricas de las relaciones internacionales, de la geopolítica, y de los estudios estratégicos (planificación estratégica), no aportan soluciones definitorias. Los centros regionales de poder son cualitativamente distintos de los polos de poder globales, no solamente en cuanto a diferencias económicas, o en cuanto alcance y tamaño, o en cuanto a un posible involucramiento militar, sino también porque la competición entre regiones, o entre ciudades, o entre provincias, es bastante diferente de la competición internacional o de la competición entre continentes. La polaridad en el sistema internacional depende básicamente del número de centros con real e importante capacidad de actuación, con independencia de tiempo y lugar. Por cierto otros indicadores puede que sean también importantes, como por ejemplo, la capacidad de manejo de la energía nuclear, la capacidad de ataque o contra-ataque, la influencia en los organismos internacionales, la imagen-país y las cuestiones culturales
Sistema Unipolar: Característica de una correlación de fuerzas existente en un grupo de estados en una determinada región, continente, o sistema internacional, en donde existe una única superpotencia polarizando ese sistema. Esta situación es más común en complejos regionales, y mucho más clara por ejemplo en el caso de América del Norte, en donde sólo existe un único y preponderante centro de poder, Estados Unidos. También éste sería el caso de África Occidental, donde Nigeria con notoriedad es el único centro hegemónico de poder regional. En el período posterior a la Guerra Fría, o sea en la década de los años 1990 extendida con los tres o cuatro primeros años del siglo XXI, existió por cierto una clara y rara unipolaridad en el sistema internacional, ya que Estados Unidos fue de hecho la única superpotencia visible, pues no había entonces signos claros de algún otro importante centro de poder, con alguna capacidad de oponerse a acciones orquestadas por los estadounidenses El mundo unipolar surgió con la desintegración de la URSS, lo que permitió que los Estados Unidos se convirtieran en la única potencia mundial, y forzaron la intervención en muchos países del mundo al margen de la ONU, sin embargo, el nuevo orden mundial resulta incierto, ya que los Estados Unidos a pesar de su poderío militar, ha perdido la hegemonía económica ante Europa, Japón y China. La economía norteamericana se debilitó con la carrera armamentista durante la Guerra Fría, ya que los impuestos recaudados fueron utilizados en las operaciones militares y la mayor parte del consumo interno era importad Como ya se indicó, el ejemplo más reciente de un sistema unipolar a nivel mundial que puede ser señalado, es el de Estados Unidos durante la década o década y media posterior al año 1991, o sea el período que siguió al colapso y fragmentación de la Unión Soviética. En el pasado, por cierto estados o imperios en su momento también gozaron de una hegemonía tan grande, que con soltura lograron dominar de una manera unipolar el mundo entonces conocido. Ejemplos de este tipo son enumerados seguidamente, donde como referencia se indican los correspondientes períodos históricos:
1. Imperio Egipcio desde el 3150 a.C. al 1285 a.C. con alguna interrupción más o menos larga, por ejemplo durante el conflicto con los hititas durante el reinado de Ramsés II que culminó en la Batala de Qadesh (1274 a.C).
2. Imperio Acadio desde el 2279 a.C. hasta el 2192 a.C. (reinados de Naram-Sin y de Sharkalisharri).
3. Imperio Asirio desde el 675 a.C. hasta el 626 a.C. (desde la invasión de Egipto hasta la revuelta de Babilonia, durante los reinados de Asarhaddón y Asurbanipal).
4. Imperio Persa desde el 539 a.C. hasta el 449 a.C. (desde la conquista de Babilonia durante el reinado de Ciro II hasta la Paz de Calias).
5. Imperio Alejandrino desde el 331 a.C. hasta el 323 a.C. (desde la Batalla de Gaugamela) hasta la muerte de Alejandro).
6. China desde el 221 a.C. hasta el 1840 d.C. (por cierto con varias interrupciones que claramente pueden identificarse en el período comprendido entre la unificación alcanzada bajo la Dinastía Qin y la Primera Guerra del Opio).
7. República Romana / Imperio Romano / Imperio Bizantino desde el 188 a.C. hasta el 395 d.C. y también desde el 533 d.C. hasta el 565 d.C. (desde la fragmentación del Imperio seléucida hasta la división del Imperio Romano, con un posterior breve resurgimiento impulsado por el emperador Justiniano I).
8. Imperio Mongol desde el 1227 hasta el 1279, o sea desde la muerte de Gengis Khan hasta la completa división en los tres Kanatos. el de la Dinastía Yuan (Kublai), el llamado Il-Kanato (Hulagu Kan y Kublai Kan), y el de la Horda de Oro.
9. Imperio Azteca desde el 1481 hasta el 1521.
10. Imperio Incaico desde el 1470 hasta el 1532 (desde la conquista de Chimu hasta la invasión encabezada por Francisco Pizarro).
11. India desde el 322 a.C. hasta el siglo XVII, o sea, desde la unificación bajo la Dinastía Maurya hasta el fin del Imperio Mongol y el comienzo de la Colonización inglesa en la India (y con las lógicas interrupciones del dominio unipolar que son de esperar en un período de tantos siglos como el señalado).
Sistema Bipolar: Sistema de estados en donde hay apenas dos grandes focos de poder. El caso más conocido y patente es el de la Guerra Fría en donde la oposición entre Estados Unidos y Unión Soviética polarizó todo el sistema internacional. A pesar del señalado enfrentamiento, y a pesar de que muchos países se alinearon con uno u otro bando en ese período, entonces también pueden reconocerse potencias regionales de cierta envergadura, y con clara influencia regional. Ese sería el caso, por ejemplo, de América del Sur durante el último tercio del siglo XX, cuando Brasil y Argentina fueron los principales polos regionales de poder, con capacidad para polarizar todo el continente. También puede caracterizarse como sistema bipolar el que predominó en África Austral durante el fin de los años 1970 y la década de los años 1980, cuando Sudáfrica y Angola lideraban grupos opuestos en confrontación directa. Obviamente, a lo lago de la historia pueden también reconocerse otros casos de bipolaridad, como el que existió en la región del Mar Mediterráneo entre los siglos III y II a.C., cuando Roma y Cartago eran los dos principales centros de poder de la región. La bipolaridad es típica en regiones donde se generan conflictos que se radicalizan, polarizando tanto a pueblos como a países.
Sistema de Tripolaridad: Caso relativamente raro de equilibrio de poder entre tres potencias o polos principales de poder. Algunos consideran que Europa inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, estaba configurado como un sistema tripolar, en donde Estados Unidos, Inglaterra, y Unión Soviética eran entonces los tres grandes polos de poder. Sin embargo esta situación habría durado poco tiempo, ya que entre 1947 y 1948, Europa quedó claramente dividida sólo en dos grandes bloques. Cuando son consideradas regiones segmentadas, es posible encontrar correlaciones de fuerza más típicamente tripolares, como por ejemplo en Asia Oriental en donde lideran China, Rusia, y Japón. Europa Centro-Occidental hoy día, o sea, sin considerar Rusia, también podría ser clasificada como un sistema tripolar, en donde Inglaterra, Francia, y Alemania, son los tres grandes de la zona. Y actualmente cuando se considera el conjunto del sistema internacional, puede reconocerse la existencia de tres grandes potencias globales, con capacidad militar de actuación global y capacidad nuclear significativa, Estados Unidos, Rusia, y China.
Sistema Multipolar: El equilibrio de poder multipolar ha sido lo más común a lo largo de la historia. Europa, entre los siglos XVI y XVII y durante la mayor parte de los siglos XVIII y XIX, estuvo claramente caracterizada por un sistema multipolar. En ese tiempo, Europa dejó de ser multipolar por períodos relativamente cortos, cuando había guerras continentales que configuraban dos grandes alianzas militares polarizadas por centros antagónicos, como ocurrió durante las Guerras Napoleónicas, o como durante las dos guerras mundiales del siglo XX, situaciones esas que podrían ser clasificadas como de bipolaridad temporaria. En el período pos Guerra Fría Europa volvió a ser un sistema claramente multipolar, en donde pueden reconocerse como grandes Inglaterra, Francia, y Alemania, además de Rusia. Actualmente predominan sistemas multipolares en África, en Asia, y en Oriente Medio El mundo multipolar actual se caracteriza por un conjunto de actores y relaciones de poder dentro de una red de interacciones. Las relaciones de poder entre los distintos países determinan la estructura del sistema, que de acuerdo al número de éstos puede ser multipolar, en el cual se agrupan todos aquellos países con capacidades equivalentes. Aunque los países son políticamente autónomos, indudablemente sus relaciones son cada vez más interdependientes. Es conveniente puntualizar que la actual estructura del sistema internacional es Uni-Multipolar, ya que los Estados Unidos son unipolares debido a su poderío militar y es multipolar porque a nivel económico está dominado por potencias emergentes
El Sistema de Apolaridad: La apolaridad sería el caso en que no es posible identificar ningún foco de poder relevante o significativo, con clara capacidad de maniobra fuera de sus fronteras. Casos de este tipo a lo largo de la historia fueron comunes en regiones no organizadas bajo formas de estados, o, en períodos más recientes, en regiones poco extendidas donde no existieron polos de poder local. Regiones que podrían ser caracterizadas como apolares, en la actualidad, se restringen a ciertas zonas de África Central, en la faja que va de la República Centroafricana y República Democrática del Congo (ex-Zaire) hasta Uganda, Kenia, y Tanzania, incluyendo Ruanda y Burundi. Esto ocurre porque el principal polo de poder regional, el antiguo Zaire, sufrió una larga guerra civil, con intervención de varios otros actores regionales, lo que acabó por desmantelar las capacidades político-institucionales-militares del citado centro. Una situación de apolaridad completa, en la actualidad, solamente podría decirse que existe en la Artántida.