La promoción de la cultura de seguridad y defensa ha sido una de las políticas más importantes desarrolladas por el Ministerio de Defensa español en los tres últimos lustros, motivo o marco de numerosos eventos académicos, políticos, sociales, etc Por esta razón, el de cultura de seguridad y defensa ha sido uno de los términos más empleados a lo largo de estos años. No obstante, la profunda carga política que implica situar la cultura de seguridad y defensa como esa parte de la cultura política de los españoles, no se ha completado con un análisis conceptual posterior entre la literatura existente. Sus elementos básicos han permitido desarrollarla obviando, en cierta medida, esa parte del trabajo. Sin embargo, lejos de ser una fútil disquisición académica, esas coordenadas terminológicas implican unas consecuencias prácticas que podrían ser de utilidad para una mejor implementación de dicha política.
La conciencia de Defensa Nacional podría definirse como la importancia que concede la sociedad al problema o la necesidad de defender la nación. El tema es complejo y difícil de medir, ya que las encuestas sólo aportan datos parciales en los que siempre hay amplias zonas oscuras. En todo caso podemos considerar algunas aproximaciones: un índice alto de conciencia de Defensa Nacional implicaría una disposición alta a participar en la Defensa y a aceptar sus implicaciones, como el presupuesto que se invierte en la misma.
El grado de aceptación de uso de la fuerza para la resolución de conflictos también ayuda a medir la conciencia de Defensa. Si no se acepta el uso de la fuerza, o se hace en muy escasos supuestos, es porque, al no percibir amenazas, se piensa que se puede convivir sin él. En caso de que se perciba una amenaza grave y directa el uso de la fuerza se justifica fácilmente. También el interés generado por los temas de seguridad y política exterior y su identificación con la política llevada a cabo por los Gobiernos en este sentido, puede ser indicativo de manera indirecta del grado de conciencia de Defensa. Asimismo, la valoración de las FAS sirve para dar una idea del grado de conciencia nacional, ya que éstas son el instrumento para el empleo de la fuerza. No obstante, hay que ser cuidadoso con este dato. Como se ha dicho antes, la valoración es general y se puede entender desde muchos puntos de vista. Además, la imagen institucional de las FAS vinculada a la ayuda humanitaria puede ayudar a conseguir una valoración que no se relaciona con el uso de la fuerza ni con la Defensa Nacional, aunque ésta sea su principal misión. El sentimiento de apego a la nación es otro elemento de la conciencia de Defensa. Cuanto más se siente parte de su patria, más disposición tendrá para defenderla. Este elemento está más relacionado con el sentimiento de vinculación a la patria española que con planteamientos relacionados con la Defensa, es decir, no guarda una relación con los acontecimientos del periodo citado sino que está más relacionado con la política territorial y el tratamiento de los distintos gobiernos, partidos políticos y medios de comunicación, al problema de los nacionalismos periféricos y a la problemática de articular un sentimiento de unidad entre todos los españoles. Las tendencias observadas en este elemento de análisis deben encontrarse necesariamente en causas sensiblemente distintas. La línea argumental básica del estudio es verificar si los hechos o las decisiones tomadas en ese periodo tan relevante mediáticamente, han contribuido a mejorar, empeorar o mantener sin gran variación, la conciencia de Defensa de la sociedad española. Para ello, se toman como indicadores la disposición a la Defensa, la identificación con la política exterior de Defensa, la aceptación del uso de la fuerza, la valoración de las FAS y el sentimiento de apego a la patria, cada una de ellas en una amplia acepción.
En el caso que nos ocupa, con los conflictos armados de Irak y Afganistán al fondo, resulta complicado valorar una consecuencia de cada decisión o declaración, pero sí se puede apreciar de forma global tendencias durante el periodo en el que transcurren estos hechos que pueden explicarse en base a lo sucedido. Pero cabe preguntarse si la Conciencia de Defensa que tienen los españoles ahora, coincide con lo definido en dicha ley como Defensa Nacional. Por otra parte, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice que Conciencia es el conocimiento exacto y reflexivo de las cosas, por consiguiente en este caso, Conciencia de Defensa sería pues El conocimiento exacto y reflexivo de la Defensa de la Nación española. Tras sesenta y dos años de vida militar, soy bastante excéptico, que mis compatriotas tengan hoy día ese conocimiento exacto y reflexivo sobre la Defensa Nacional, que comprenda la importancia de la Nación, de los intereses y de los valores nacionales. Es cierto que se organizan actos con motivo del Día de la Fiesta Nacional, del Día de las Fuerzas Armadas, que se conceden Premios por parte de las tres Fuerzas Armadas, que se da información sobre la actuaciones de nuestros Ejércitos en el exterior en misiones de imposición o mantenimiento de la Paz, que se organizan Juras de Bandera de personal civil, visitas a unidades y organismos militares y un largo etcétera, pero cada día que pasa, mi impresión es que a la sociedad actual no le interesa gran cosa la Defensa Nacional.
Cuando existía el Servicio Militar obligatorio, con todos sus inconvenientes para los jóvenes que tenían que cumplirlo y con todos sus defectos, la Juventud tenía un conocimiento directo y real de las Regiones de España y de nuestras Fuerzas Armadas y también se creaban unos lazos de amistad entre aquellos muchachos de distinta clase y condición. Desaparecido el Servicio Militar en el año 2001, la mayoría de los hombres españoles menores de 40 años, no creo que se sientan vinculados hoy día con la defensa de España. Pero hablando de Valores, uno de nuestros más preciados Valores es el Idioma Español, no como algunos sectores de la población denomina Castellano con la insana intención de disminuir su Valor. El término Castellano desde el punto de vista histórico y lingüístico es totalmente erróneo, aunque así haya sido recogido en el Artículo 3 punto 1 de la Constitución Española en vigor desde 1978, pues como afirma el Catedrático de Historia y Académico de la Real Academia de la Historia, Luis Suárez Fernández, el modo de hablar propio de Castilla ha desaparecido al fundirse en la habla común. Esa lengua no es tan solo el medio de expresión para entenderse en el ámbito universal iberoamericano, sino también el soporte de una cultura muy rica a cuya formación han contribuido personas procedentes de todos los rincones del mujndo hispano, sin limitación ni preferencia algunas. De tal modo esto es cierto que la Real Academia se denomina “de la Lengua Española“, no Castellana y el Diccionario que edita se elabora también con las aportaciones de las Academias de la Legua Española iberoamericanas. El español es resultado también de fusión entre lenguas romances que la han enriquecido y de haber incorporado muchos vocablos árabes y modernamente de otros idiomas, en particular del mundo anglosajón. Por otro lado, conviene recordar que en las instituciones internacionales cuando se refieren al idioma común de nuestra Nación se le denomina Español no Castellano. Esto es también Conciencia de Defensa. Sin embargo hoy día, en España no se defiende este rico Patrimonio único, siendo absurdo que en el Senado se utilicen las otras lenguas regionales y se tengan que utilizar traductores.
La difusión de la cultura militar
Tanto el patrimonio mueble, como inmueble, documental, industrial, científico y bibliográfico que conservan las Fuerzas Armadas españolas para uso y disfrute de todos, es verdaderamente impresionante. Está muy bien tratado y perfectamente catalogado, pero llama la atención el escaso número de museos que tenemos, apenas una treintena de los tres ejércitos, frente a los 400 de Francia o los 200 de Inglaterra. Hasta Luxemburgo, con 50 museos militares tiene más que nosotros. La mayoría de estos museos europeos, sobre todo los dedicados a acontecimientos históricos más cercanos en el tiempo como las dos guerras mundiales del siglo XX, intentan trasmitir como el esfuerzo bélico, tanto de las Fuerzas Armadas, como de la sociedad civil, perfectamente integradas, consiguieron, con un enorme y costoso saldo salvar la libertad de todos. El Imperial War Museum de Londres es un claro ejemplo. Además de la exposición permanente en la que el visitante puede colocarse en una representación exacta de una trinchera de la Primera Guerra Mundial, o acomodarse en un túnel y oír los ruidos de los bombardeos y sirenas del Londres atacado por los aviones alemanes en la Segunda Guerra Mundial, las exposiciones temporales suelen referirse a aspectos relacionados con la incidencia de la guerra sobre la vida civil cotidiana. La idea fuerza a trasmitir está relacionada directamente con el lema del propio Museo: “Para que el pasado sirva”, intentando trasmitir, sobre todo a las jóvenes generaciones que, en ocasiones la defensa de los valores democráticos de la sociedad exige la intervención armada y ésta solo tiene éxito cuando todos están dispuestos al sacrificio y existe una perfecta compenetración entre el pueblo y sus Fuerzas Armadas. Y estas deben estar perfectamente preparadas y dotadas para la defensa.
Entre los principios básicos de lo que se ha dado en llamar “Nueva Museológica”, destaca que la pieza deja de tener en valor intrínseco del que hasta aquí gozaba, para explicar el papel que representaba en una sociedad, en una cultura determinada. Se trata de sobreponernos al objeto como tal y utilizarlo en un discurso que nos permita conocer mejor el ambiente de la sociedad en la que se utilizaba. Por otra parte, la comunicación, junto con la investigación y la conservación forma parte de las funciones básicas de los museos. Pues bien, los museos militares, son elementos fundamentales de comunicación entre las FAS y la sociedad y deben ser cuidados y tratados como eso, como elementos de comunicación de un colectivo que quiere decir cuál es su pasado, presente y futuro a la generación actual. No puede convertirse en un almacén de objetos bélicos, sólo interesante para lo militares, sin un discurso apropiado al objetivo que queremos conseguir: incrementar la conciencia de la defensa, sobre todo en las jóvenes generaciones. Afortunadamente, la política de museos militares del Ministerio de Defensa, va por el camino de una museología científica poniendo en valor el patrimonio que conservan, con esa clara intención de contar a la sociedad la importante labor desarrolladas por los militares a los largo del tiempo. Un claro ejemplo es la exposición que, por iniciativa del inspector general del Ejército Ricardo Álvarez-Espejo, se expone desde el mes de mayo del pasado año en los locales del antiguo Gobierno Militar de Barcelona, en la céntrica plaza Colón. Desde entonces más de 15.000 personas han podido evocar la Barcelona ilustrada del siglo XVIII, sede de dos instituciones científicas y militares del máximo nivel: el Real Colegio de Cirugía y la Real Academia Militar de Matemáticas. En la muestra, el visitante puede comprobar la brillante aportación de los Ingenieros Militares a la obra pública y la fuerte vinculación de la Ciudad Condal y de Cataluña al Ejército y sus instituciones a lo largo del tiempo. Hoy en día, en el que la que presencia militar en la calle es prácticamente nula, los museos militares constituyen uno de los pocos puntos de encuentro entre la sociedad civil y la institución castrense. Está debe aprovecharlo para incrementar la conciencia de defensa que toda sociedad debe tener y tiene en los países de nuestro entorno cultural.
FUENTE Y BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:
Informe del Centro de Investigaciones Sociológicas. “Defensa Nacional y Fuerzas Armadas”, diciembre 2015, Secretaría General Técnica, Ministerio de Defensa, febrero 2016.
Informe del Grupo de Alto Nivel “Un mundo más seguro: la responsabilidad que compartimos”, 2004. Disponible en http://www.un.org/es/events/pastevents/a_more_secure_world/pdf/brochure_sp.pdf , p. 95.
LEY ORGÁNICA 5/2005, DE 17 DE NOVIEMBRE, DE LA DEFENSA NACIONAL. Boletín Oficial del Estado núm. 276, de 18 de noviembre de 2005. Disponible en: https://www.boe.es/buscar/pdf/2005/BOE-A-2005-18933-consolidado.pdf
LIBRO BLANCO DE LA DEFENSA, Ministerio de Defensa, 2000. https://publicaciones.defensa.gob.es/libro-blanco-de-la-defensa-2000.html
ORTEGA MARTÍN, J., (2008). La transformación de los ejércitos españoles (1975-2008), Madrid, UNED/IUGM, p. 106.
Revisión Estratégica de la Defensa, Ministerio de Defensa, Secretaría General Técnica, Madrid, 2003. https://publicaciones.defensa.gob.es/revision-estrategica-de-la-defensa.html
PENA, J.A. (2015). Políticas Públicas de Defensa. En JORDAN, J. (coord.), Manual de Estudios Estratégicos y de Seguridad, Madrid, Plaza y Valdés.
VVAA: “Los conceptos de seguridad y defensa en España”, Conceptos de seguridad y defensa de los países iberoamericanos desde la óptica de sus Colegios de Defensa, 2013. Disponible en: http://www.asociacioncolegiosdefensaiberoamericanos.org/acdibero/LibrosReunionesDirectores/LIBRO+XIV+CONFERENCIA+CONCEPTOS+DE+SEGURIDAD+Y+DEFENSA+DE+LOS+PAISES+IBEROAMERICANOS.pdf
David Odalric de Caixal i Mata: Historiador Militar, experto en Geoestrategia Internacional y Terrorismo Yihadista. Director del Área de Seguridad y Defensa de INISEG (Instituto Internacional de Estudios en Seguridad Nacional). Director del Observatorio contra la Amenaza Terrorista y la Radicalización Yihadista (OCATRY). Asesor en Seguridad y Defensa en HERTA SECURITY. Director de OSI INTELLIGENCE (Occidental Studies Institute-USA) Membership research projects in support of Veterans of the Armed Forces of the United Kindom. Membership in support of the AUSA (Association of the United States Army) Miembro asesor de la Sección de Derecho Militar y Seguridad del ICAM (Ilustre Colegio de Abogados de Madrid). Membership in support of the Friends of the Israel Defense Forces. Miembro del Consejo Asesor del LIKUD-SERBIA (Israel)