LA BATALLA DE TARENTO (ATAQUE A LA BASE NAVAL DE TARENTO EL 11 DE NOVIEMBRE DE 1940 A MANOS DE LA ROYAL NAVY)
Profesor David Odalric de Caixal i Mata; Historiador, Analista en Historia Militar y Geoestategia Internacional; Director General de SECINDEF (Security, Intelligence & Defense) Israel International Consulting; Profesor de Protocolo y Diplomacia del Vaticano, Derecho Premial Nobiliario e Historia Eclesiástica y Heráldica en la ESPRI (Escuela Superior Universitaria de Protocolo y Relaciones Institucionales de Cataluña (Universidad Europea Miguel de Cervantes); Miembro del Grupo de Investigación del LSTE (Universidad Autónoma de Barcelona); Director del “Research Group First World War Centenary 1914-1918 Instituto Europeo de Seguridad y Defensa-Imperial War Museum”; Miembro del Grupo de Investigación “Observatorio del Mediterráneo: Italia en la Primera y Segunda Guerra Mundial, el Holocausto y la Guerra Fría” Università degli Studi di Bari.
Introducción:
La batalla de Tarento, denominada Operación Judgement, fue una acción ofensiva de la Royal Air Force y la Royal Navy contra la Regia Marina italiana. En la noche del 11 al 12 de noviembre de 1940, un pequeño grupo de aviones británicos atacaron a los navíos italianos estacionados en la base naval de Tarento. La facilidad con que los torpederos pudieron poner fuera de combate a grandes buques de guerra italianos predijo el fin de la guerra naval de superficie y marcó el inicio del control aéreo de los mares. Al momento de entrar en guerra, Italia poseía una flota compuesta en mayoría por buques modernos, muy veloces, aunque deficientemente armados. Lo que más le perjudicaba a la Regia Marina era su concepto de estrategia naval que se basaba en la idea de Mussolini de que Italia era un gran portaaviones y por tanto la flota no necesitaba una nave de ese tipo, pensando el Duce que la aviación basada en tierra podía cumplir el rol de asistir a la flota. Por el lado británico, la flota era antigua e insuficiente para operar en todos los mares, pero contaba con varios portaaviones que le permitían dar una buena cobertura aérea a la flota. Por ello el principal problema de Gran Bretaña al comenzar la guerra era la necesidad de poder mostrar su presencia en sus aguas territoriales coloniales, en el Pacífico, en el Índico, en el Atlántico, y en el Mediterráneo. Sin embargo, por lo expresado, sus recursos no eran suficientes para tan enorme labor y eso lo corrobora el hecho que aceptara negociar el traspaso de 50 viejos destructores estadounidenses a cambio de bases en sus colonias. Sin embargo, su experiencia naval de siglos, era más que suficiente para actuar de manera adecuada de acuerdo con los recursos que tenía. Para Gran Bretaña, perder influencia en el Mediterráneo hubiera tenido resultados catastróficos, no sólo por Gibraltar, sino por Malta, Egipto y Oriente Medio. Era necesario pues, mostrar poder y agresividad para no perder la confianza de los neutrales, que en cualquier momento podían decidirse por la causa alemana, o simplemente ser invadidos por las fuerzas del Pacto de Acero
Antecedentes de la Batalla:
La Campaña del Eje en el Norte de África, siempre se vio marcada por la necesidad de mantener abastecidas a las tropas en un ambiente estéril. Los británicos estacionados en Egipto también sufrían problemas de abastecimiento, ya que sus convoyes debían cruzar el hostil Mar Mediterráneo desde sus bases en Gibraltar. Al inicio de la guerra, la flota italiana era la quinta Armada del mundo y se encontraba en una posición estratégica para causar caos en las rutas de suministros aliadas. La doctrina naval italiana de aquella época consideraba que su Armada no necesitaba realizar incursiones continuamente. Como la Regia Marina poseía superioridad numérica, sus almirantes creían que su sola existencia suponía una amenaza para los británicos, quienes deberían invertir recursos contra ella. Por esta razón, muchos buques de guerra italianos nunca abandonaban los puertos, y a inicios de noviembre de 1940, seis acorazados, siete cruceros pesados, dos cruceros ligeros y ocho destructores se encontraban anclados en Tarento.
Los británicos, conscientes de la latente amenaza, elaboraron la Operación Judgement: un ataque sorpresa contra Tarento. Para la misión entregaron al Almirante Andrew Cunningham dos portaaviones, el HMS Eagle y el HMS Illustrious. Se fijó como fecha de ataque el 21 de octubre, para conmemorar la Batalla de Trafalgar, pero averías en ambos portaaviones provocaron la postergación de la fecha. Al no poder repararse el Eagle a tiempo, el Illustrious tomó los aviones del primero y partió solo a Tarento. El Illustrious iba escoltado por dos cruceros pesados, dos cruceros ligeros y cuatro destructores. El portaaviones contaba con cinco escuadrones navales, pero uno fue dejado en la reserva para la protección aérea de los navíos. Varios bombarderos de reconocimiento Martin Maryland sobrevolaron Tarento antes de la operación, despegando desde Malta, y confirmaron la presencia de la flota italiana. Horas antes del ataque, un bombardero Short Sunderland fue enviado por los británicos para asegurarse una vez más. Aunque estos vuelos de reconocimiento alertaron a los defensores italianos, al no poseer radar solamente esperaron. En ese momento, la flota británica se estaba reuniendo en Cefalonia.
Base Naval de Tarento a mediados de los años 30
El ataque a la Base de Tarento:
Para el Almirante Cunningham el enfrentar a la flota italiana era primordial para reducir su amenaza, pero la Regia Marina se mantenía en sus puertos y por tanto, era necesario realizar un ataque directo a la principal base naval italiana: Tarento (Taranto en italiano). En esos días el mal tiempo reinaba en la zona y el día 10 una tormenta destruye la barrera de globos de protección contra ataques aéreos de la base naval. El 11 de noviembre, a las 21 horas (hora de Italia), una oleada de 12 torpederos biplanos Fairey Swordfish despegó desde el portaaviones HMS Illustrious hacia su objetivo. Una hora después, despegó del mismo punto una segunda oleada de nueve biplanos iguales. Cerca de las 23 horas, la primera oleada, equipada con bombas y torpedos, llegó a Tarento, y dividió sus fuerzas para atacar a los navíos distribuidos en las dos bahías del puerto (Mar Grande y Mar Piccolo). Los aviones británicos se acercaron en fila hacia las naves italianas, siendo detectados y repelidos con artillería antiaérea y fuego de ametralladora; ante esta cortina de fuego, los torpederos de la RAF lanzaron prontamente sus proyectiles hacia las naves que hallaron más próximas, causando severos daños. Un ataque con torpedos era una eventualidad que el Estado Mayor de la Regia Marina no había previsto, creyendo que la poca profundidad del puerto de Tarento era suficiente garantía de defensa para la flota. Poco después llegó la segunda oleada de aviones y, guiándose por las bengalas lanzadas en la primera oleada, continuaron castigando a la flota italiana, aunque tras un breve bombardeo se retiraron para evitar la artillería antiáerea de los italianos, acabando el ataque poco después de las 00.00 horas del 12 de noviembre. Durante los ataques, el acorazado Littorio fue impactado por dos torpedos, mientras que los acorazados Conte di Cavour y Caio Duilio recibieron uno cada uno. Además, las bombas dañaron al Crucero Gorizia en la Mar Piccolo, más alejada del alcance de los aviones. Al final de la lucha, solamente dos biplanos británicos fueron derribados, siendo capturados dos miembros de las tripulaciones.
Fairey Swordfish de la RAF llevando un torpedo aéreo
Evidentemente la base no se hallaba adecuadamente defendida y el «portaaviones italiano» obviamente no funcionó por falta de coordinación y comunicaciones, pues de haber sido alertada a tiempo la aviación italiana, podría muy bien haber derribado a todos los Swordfish en una sola pasada. El Conte di Cavour fue reflotado y remolcado a Trieste el 01 de Julio de 1941, pero quedó fuera de acción por el resto de la guerra. Las reparaciones se detuvieron en 1943 debido al cambio político en la guerra y fue barrenado por los propios italianos. Los alemanes lo rescataron pero finalmente fue hundido por los estadounidenses el 15 de Febrero de 1945. De los otros dos acorazados, el Littorio recibió tres torpedos y fue embarrancado en la playa para evitar su hundimiento. Debió permanecer en reparaciones durante varios meses, hasta Agosto de 1941. El Caio Duilio recibió el impacto de un torpedo y estuvo también en reparaciones durante mucho tiempo
Batalla de Tarento – 11-12 noviembre 1940
La flota italiana sufrió un duro golpe, y al día siguiente, los barcos que podían navegar fueron enviados a puertos más al norte. El Littorio estuvo fuera de servicio durante cuatro meses, y el Caio Duilio por medio año. El Conte di Cavour sufrió mayores destrozos y no pudo ser reparado a tiempo para 1943, cuando Italia cambió de bando. El daño psicológico a los almirantes italianos fue severo, y no se arriesgaron a realizar incursiones ofensivas hasta 1941, cuando Alemania entró en los Balcanes. No obstante, a pesar de esta derrota, la Regia Marina no dejó de ser temida, y los posteriores combates en la Batalla de Cabo Teulada lo confirman. No sería hasta la Batalla del Cabo Matapan cuando la Regia Marina abandonaría todo esfuerzo de controlar el Mediterráneo Oriental, cediéndolo en la práctica a la Royal Navy. El éxito de la Operación Judgement se puede atribuir, en parte, a las modificaciones realizadas a los torpedos británicos, que les permitieron ser utilizados en aguas poco profundas (inferiores a los 30 m), algo hasta entonces no visto por los expertos. No es de extrañar entonces, que los capitanes italianos creyesen que sus navíos estaban a salvo en las aguas poco profundas de Tarento. El Almirante japonés Isoroku Yamamoto estudió con atención la batalla de Tarento, al igual que sus oficiales, a la hora de planificar el ataque a Pearl Harbour, en diciembre de 1941.