La Guardia Suiza es un Cuerpo Militar encargado de la Seguridad de la Ciudad del Vaticano. Otro cuerpo de guardias de origen suizo se encargó también de la seguridad del Palacio de Versalles, en Francia, durante el Reinado de Luis XVI. En la Actualidad se trata del Ejército profesional más pequeño del mundo (con alrededor de 110 soldados). Su historia se remonta a finales del siglo XV, en 1497, cuando Sixto IV fue el que iniciaría las alianzas con los Confederados Suizos, y se dio paso a la construcción de los primeros barracones para su alojamiento en las cercanías donde actualmente se localizan, al lado de la pequeña iglesia del Peregrino. Sus Santos Patronos son San Nicolás, San Martín y San Sebastián. Pero la idea de un cuerpo estable y disciplinado de soldados suizos que se dedicaran a la custodia de la persona del Papa y de los Palacios Pontificios se debe al Papa Julio II quien el 21 de enero de 1506 comunicó a los Estados Confederados de la Alta Alemania el encargo que había dado a Pietro von Hertenstein de conducir hasta Roma 200 soldados suizos para custodiar los palacios pontificios. El 21 de enero de 1506 llegaron a Roma 150 soldados que atravesaron Porta del Popolo y se dirigieron a la Plaza de San Pedro en donde Julio II los bendijo solemnemente. Esta fecha es considerada como el inicio de la Guardia Suiza Pontifica. En ese momento, la elección lógica fueron los mercenarios suizos, debido a la reputación que se habían labrado en las Guerras de Borgoña. La Guardia Suiza se forma con estos elementos suizos de los cantones de Zurich y Lucerna. Veinte años después se escribiría la gesta épica que tiene un dudoso honor para la historia de España: El ataque y saqueo de Roma realizado por las tropas del Emperador Carlos V en el conflicto contra el Rey Francisco I de Francia (la cual se había aliado con Florencia, Venecia y el Papado con la célebre Liga de Cognac en 1526) El 6 de mayo de 1527, frente a la Basílica de San Pedro, ese puñado de nobles suizos se enfrentaba a más de un millar de nobles hispano-alemanes que, con fiereza y bravura, defendieron la figura del Soberano Pontífice en las mismas escaleras del Altar Mayor: Solo 42 guardias quedaron en pie y formaron un círculo en torno a Clemente VII, creando una vía de escape que lo puso a salvo en el Castillo de Sant Angelo, una fortaleza situada a orillas del río Tiber, que esta unida mediante un pasadizo al Palacio Apostólico.
En aquella época el Ejército Imperial español estaba compuesto por unos 20.000 (Landskenecht) de mayoría luterana y con un irrefrenable odio a la Iglesia Católica, el Emperador Carlos, siendo católico, no tembló ante la idea de tener que enfrentarse al Papado, ya que este se había aliado junto a su mayor enemigo, el Rey de Francia. Y envió sus ejércitos a Roma, donde las tropas de los Lansquenetes la saquearon el 6 de mayo de 1527. Los lansquenetes pertenecían a una clase de soldados de infantería que al principio no eran más que unos siervos que hacían la guerra en calidad de peones, y servían a los caballeros, sin llevar más armas que una pica. Más tarde ya formaron cuerpos independientes de piqueros, que se distinguían por llevar vistosos uniformes y llegaron a constituir la base de la infantería alemana en la época del Renacimiento. La infantería de lansquenetes peleó también en España al lado de los tercios españoles mientras reinaba la casa de Austria.
Las Crónicas históricas dicen que las escenas de violencia y crueldad fueron inenarrables a manos de unas tropas encendidas y caotizadas por la falta de mandos que convirtieron la ambición de lucro y el odio contra la religión en una orgía de pillaje, violaciones y torturas contra la población civil. Un manuscrito veneciano lo relato: “El infierno no es nada si lo comparamos con la visión que ofrecía Roma en esos días” Durante el saqueo grandes cantidades de obras de arte desaparecieron para siempre. El 5 de junio, Clemente VII firmaba la rendición en unas durísimas condiciones: cedía a los españoles la Fortaleza de Ostia, Civitavecchia y Civita Castellana, así como las ciudades de Modena, Parma y Piazensa pasaban a manos españolas. El Papa tuvo que pagar al Emperador 4.000 ducados y la Guardia Suiza fue reemplazada por cuatro compañías de mercenarios españolas. Años después el Papa Pablo III, logró arrancar la autorización para poder formarla de nuevo. De los 42 guardias que sobrevivieron a aquel terrible asedio, solo 12 aceptaron reintegrarse a sus puestos. El nuevo cuerpo se compuso de 225 hombres y uno de sus destacamentos lo enviaría Pío V a combatir contra las tropas en Lepanto. De los 20.000 hombres pertenecientes al Ejército Imperial Español, 800 yacían muertos en lo que se considera el lugar sagrado de todos los católicos y, es por eso, que cada 6 de mayo, junto al Papa los nuevos alabarderos toman posesión de sus cargos en una peculiar ceremonia, la cual se celebra en el Patio de San Dámaso, dentro de los Palacios del Vaticano: Con sus vistosos uniformes toman con la mano izquierda la bandera de la Guardia Suiza, mientras que la mano derecha alzada al cielo y con los tres dedos abiertos pulgar, índice y medio simbolizando las tres personas de la Santísima Trinidad y en recuerdo de los tres primeros cantones que se reunieron en confederación; Zurich, Uri Unterwalden y Lucerna. La Guardia Suiza se ha reorganizado varias veces, siendo la última vez el 5 de abril de 1979. La Seguridad en torno al Papa está formada por tres anillos concéntricos y una red de apoyos externos que incluye los mejores servicios secretos del mundo y los mejores especialistas, incluidos expertos españoles en desactivación de explosivos. El anillo exterior es la Comisaría de Policía italiana encargada del perímetro de la ciudad del Vaticano y de la Plaza de San Pedro, donde hay siempre agentes de uniforme y muchos otros de paisano. El 13 de mayo de 1981 no lograron impedir que Ali Agca disparase contra el Papa. Pero dos segundos más tarde, tanto el vice-comandante de la Guardia Suiza, Alois Estermann, como el Comisario Jefe, Francesco Pasanisi, estaban ya a bordo del “jeep” blanco sosteniendo al Pontífice malherido y protegiéndole con sus cuerpos frente a otros posibles disparos. Estermann ascendió a comandante de la Guardia Suiza, pero murió asesinado en 1988, en su propia casa y junto con su mujer, por uno de sus soldados, que sufría problemas mentales y se suicidó después de matarles. Fue el momento más duro en la historia del Cuerpo, no por el número de víctimas –pues en 1527 murieron 147 resistiendo el asalto de los soldados de Carlos V, sino por la ignominia de tener un asesino en sus propias filas. Pocos días después de aquella tragedia, el Vaticano llamó como vicecomandante a Elmar Theodor Maerder, jurista y oficial del Ejército suizo, comandante de una fuerza de 22 oficiales y 88 alabarderos. Maerder fue sustituido por Daniel Anrig en mayo de 2009.
Para entrar en la Guardia Suiza se admite tan sólo a hombres solteros, de 19 a 30 años de edad, que midan más de 1,74 metros, sean suizos de religión católica y estén dispuestos a una vida muy dura durante dos años por tan solo 1.300 euros al mes. Mientras permanezcan solteros pueden reengancharse y, en cinco años, ascender a oficiales. La Guardia Suiza controla las cuatro puertas del Vaticano: La del Santo Oficio, el Arco de las Campanas, el Portón de Bronce y la Puerta de Santa Ana, donde tienen su cuartel. Dentro del pequeño Estado, la mayor parte del “territorio” esta a cargo del Cuerpo de Vigilancia Vaticano, que cuenta con 130 agentes –en su mayoría italianos procedentes de la Policía o los Carabinieri- distribuidos en los jardines, el helipuerto, los Museos Vaticanos y otros lugares que requieren vigilancia especial.
Dentro del Segundo Anillo formado por el Cuerpo de Vigilancia Vaticano hay un tercero; los soldados de la Guardia Suiza, que protege el Palacio Apostólico y la persona del Papa. El Cuerpo de Vigilancia Vaticano obedece al “Gobernador” del pequeño Estado, el cardenal americano Edmund Casimir Szoka. En cambio la Guardia Suiza está a las órdenes del Cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, el colaborador más directo del Papa. El nombre oficial de la Guardia Suiza es Corpo della Guardia Svizzera Pontificia (Cohors Helvética), Cuerpo de la Guardia Suiza Pontificia. Está formado por un comandante, que actualmente es Daniel Anrig , un capellán en la persona de Mons. Alois Jehle, un teniente, Theodor Siegmuller, dos subtenientes, Peter Hesler y Jean Daniel Pitteloud y un ayudante de campo, Andreas Clemenz. El cuerpo lo forman 110 soldados, entre efectivos y auxiliares. No se considera que la Guardia Suiza pertenezca a ninguna otra organización: su función exclusiva es la del Ejército del Estado Soberano de la Ciudad del Vaticano. Su fuerza la constituyen más de 100 soldados: Cuatro oficiales, 23 mandos intermedios, 70 alabarderos, 2 tamborileros y un capellán. Se les entrena en procedimientos y manejo de armas modernas (como el fusil suizo SIG 500), aunque también se les enseña a manejar la espada y la alabarda. La Bandera porta en la parte inferior las armas de Julio II y en el superior las del Papa actual. Actualmente cada guardia suizo trae oculto en su uniforme un pulverizador de gas lacrimógeno y a partir del grado de sargento, una pistola y dos granadas. Cada vez que el Santo Padre pasa frente a ellos, el llamado ejército más pequeño del mundo le saluda de rodillas, enseña del profundo respeto y máximo honor.
UNIFORME
El actual uniforme fue diseñado por el Comandante de la Guardia Jules Répond (1910-1921) a partir del modelo que se atribuye a Miguel Ángel hecho en 1505, por lo que es considerado una de las vestimentas militares más antiguas del mundo, siendo mucho más vistoso, alegre y brillante que el del siglo XIX: el yelmo, ornado con una pluma roja; los guantes blancos, la coraza, que aún tiene una reminiscencia medieval, y el casco, que es una copia del que llevaban los soldados españoles en el siglo XVI. El color rojo fue introducido por el Papa León X, en referencia al escudo de los Médicis. Los guardias suizos no usan propiamente botas, aunque si medias adherentes a las piernas, sujetas a la altura de la rodilla por una liga dorada. Este uniforme expresa la alegría de ser soldado, de combatir y estar al servicio del Papa, aunque también el color rojo simboliza la sangre derramada en defensa del Papado. La Guardia Suiza tiene su cuartel frente al Palacio Apostólico Pontificio. Trabaja acompañada por el Servicio Vaticano de la Policía Italiana. La cual, según el Tratado de Letrán, firmado en 1929, se establecía la independencia total y los límites entre el Vaticano (bajo soberanía pontificia) y la nación italiana. El Tratado ponía bajo soberanía del Papa a la Plaza de San Pedro, pero hoy en día se ha establecido que la Policía italiana custodie, junto con la Guardia Suiza y los Servicios Vaticanos de Seguridad, la Plaza de San Pedro. Los custodios italianos en el Vaticano forman parte de la fuerza policial mencionada en el título.
GUARDIA NOBLE DEL VATICANO
La Guardia Noble era una de las unidades de guardia de la Santa Sede. Fue creada por Pío VII en 1801 como regimiento de caballería pesada. En un principio, el regimiento tenía como principal tarea escoltar al Romano Pontífice y a otros grandes Príncipes de la Iglesia, así como diversas misiones a lo ancho de los Estados Pontificios a las órdenes del Papa. Una de sus primeras grandes misiones fue la escolta de Pío VII a París para la coronación de Napoleón Bonaparte como Emperador el día 2 de diciembre de 1804. Con la unificación italiana y la confiscación de los Estados Pontificios en 1870, la Guardia Noble se transformó en una Guardia de Corps pedestre. La Guardia estaba conformada por solados voluntarios, sus miembros no eran pagados por el servicio prestado e incluso debían pagar su propio equipamiento. El comandante del cuerpo tenía título de capitán. Uno de los puestos intermedios de la Guardia Noble era el Portaestandarte Hereditario, que era el soldado que portaba el Estandarte Papal. La Guardia Noble hacía la aparición en público solo cuando el Papa tomaba parte en funciones públicas. Durante el período de Sede Vaticana de la Santa Sede, el cuerpo permanecía al servicio del Colegio Cardenalicio. Durante la Segunda Guerra Mundial, la Guardia Noble compartió la responsabilidad de la Seguridad Personal de Pío XII con la Guardia Suiza. Por ejemplo, cuando el Papa daba su paseo diario por los jardines vaticanos, dos Guardias Nobles le seguían a distancia. La Guardia Noble fue disuelta por Pablo VI en 1970 como parte de las reformas tras el Concilio Ecuménico Vaticano II.
GUARDIA PALATINA
La Guardia Palatina o Guardia Palatina d’Onore, fue una unidad militar de los Estados Pontificios y la Ciudad del Vaticano. La Guardia Palatina nació en 1850 bajo el pontificado de Pío IX tras la fusión de dos unidades preexistentes en los Estados Pontificios. Dicho cuerpo formó la unidad de infantería participando en la vigilancia de Roma. De este modo tomó parte en diferentes batallas, en defensa de la Ciudad Eterna contra los soldados piamonteses. Después de 1870 y tras la unificación de Italia, la Guardia fue confinada al Vaticano, donde prestaba su servicio de guardia. Así mismo hacían acto de presencia cuando el Papa aparecía en la Plaza de San Pedro, así como cuando un jefe de Estado visitaba el Vaticano. Los miembros de esta unidad estaban compuestos por voluntarios no pagados, que sin embargo si recibían cierta cantidad para la reparación de sus uniformes. Los conformantes de estas tropas vestían un uniforme azul y un quepis emplumado. El cuerpo fue disuelto el 14 de septiembre de 1970 por el Papa Pablo VI.
LOS ZUAVOS PONTIFICIOS
Los Zuavos fueron el sistema organizativo de las milicias indígenas argelinas del Ejército Francés, en el que se fundamentó Merode con el consentimiento del General Lamorecière para en 1860, organizar los Batallones de Zuavos Pontificios cuya misión era la de defender los territorios del Papa contra los ataques de las tropas italianas. Federico Javier Chislain, conde de Merode. Militar y político eclesiástico belga, nacido en Bruselas en 1820 y muerto en Roma en 1874. Peleó en Argel con gran valor donde obtuvo la Gran Cruz de la Legión de Honor. En 1847 abandonó la carrera militar y pasó a Roma recibiendo órdenes eclesiásticas y en 1849 fue nombrado Camarero Pontificio de Pío IX. Más tarde, en 1860, fue designado Ministro de la Guerra de los Estados Pontificios y consiguió que Lamoricière tomara el mando de los ejércitos del Papa. Cristóbal Luis León Luchault de Lamorecière. Nacido en Nantes en 1806 y muerto en Proucel en 1865. Militar francés destinado en Argelia en 1838, que se distinguió por su capacidad militar y dotes de organización. Fundó en Argelia el primer Regimiento de Zuavos. En 1860, pasó al servicio del Papa Pío IX, tomando el mando de los ejércitos pontificios y organizando los Batallones de Zuavos Pontificios. El Cardenal Secretario de Estado Antonelli, supo que las tropas francesas de Napoleón III, no defenderían el territorio del Papa, no se podía confiar mucho en el Emperador de los franceses. Ya, que en cierta ocasión había engañado a Maximiliano de Austria, el hermano del Emperador Francisco José de Austria, embaucándole en una aventura que no tenía ninguna posibilidad de éxito. Le ofreció la corona de México, aventura en la que también participaron España e Inglaterra, junto a Francia. Aquello acabo trágicamente, ya que Maximiliano fue fusilado en Queretano en 1867 y no recibió más apoyos de Francia. Pero Napoleón III había traicionado también la alianza que tenía con Francisco José de combatir a los rebeldes italianos para evitar que sus posesiones italianas se separaran del Imperio para unirse a Italia. Finalmente Napoleón III, traicionó a Francisco y dio su apoyo a Víctor Manuel II, Rey de Cerdeña-Piamonte, y en la Batalla de Solferino, los austriacos fueron derrotados por los franco-piamonteses. Por eso Antonelli propuso a Merode, el Camarlengo Pontificio, para que reestructurara y mejorara la capacidad bélica del Ejército Pontificio. El General Lamonciere se hizo cargo de las tropas papales y recluto a más de 16.000 soldados venidos de España, Francia, Flandes, Irlanda, Inglaterra, Canadá y Suiza. Inicialmente se crearon batallones divididos por nacionalidades, siendo el franco-belga el núcleo del cual surgieron luego los Zuavos pontificios. Desde el fin del Imperio Romano, Italia había estado dividida políticamente. Por los tratados de Viena de 1815, en Italia quedaban siete estados: El Reino de Cerdeña Piamonte, con capital en Turín, el Reino de Lombardia-Venecia, que pertenecía al Emperador Austriaco, los Ducados de Parma y Ródena, el Gran Ducado de Toscana, también pertenecientes a los Príncipes Austriacos, el Reino de las Dos Sicilias, y finalmente, los Estados Pontificios. Tras una serie de guerras con Austria, Víctor Manuel II, Rey de Cerdeña-Piamonte, ayudado por Napoleón III de Francia, consiguió la anexión de todos los Estados y parte de los territorios pontificios. Los Zuavos del Papa, cuyo nombre asumieron porque su organización y uniforme eran prácticamente idénticos al de los Cuerpos Expedicionarios Franceses, y que estaban formados principalmente por españoles y franceses, tomaron parte activa en las Batallas de Acquapedante, Vallecrosa, Enrola y Metana donde se consiguieron grandes victorias, en esta última, en Metana, el 3 de noviembre de 1867, donde 3.000 Zuavos Pontificios derrotaron a 10.000 soldados garibaldinos.
Pero también hubo derrotas como la Castelfiardo que tuvo lugar el 18 de septiembre de 1860, y que enfrentaría a las tropas piamontesas del General Cialdini frente a las tropas pontificias del General Lamocière que al mando de 10.000 soldados, hizo frente a una fuerza piamontesa de cerca de 40.000 soldados. Los pontificios fueron derrotados y las tropas de Cialdini tuvieron el camino abierto a Nápoles. El resto de batallas donde fueron derrotadas las fuerzas pontificias fue en la Batalla por la ciudad de Roma. Donde la superioridad numérica de las fuerzas del ejército del reino de Piamonte acabaron por aplastar a las pocas pero valerosas tropas pontificias. En la Batalla de Roma. Hacia el principio de 1870, todo el territorio italiano estaba unificado excepto Roma, gobernada por el Papa. Roma, como capital del mundo católico, tenía una gran importancia internacional. Napoleón III, para guardar su independencia, había destacado allí una guarnición francesa. Cuando esta guarnición abandonó la ciudad el ejército italiano se presentó ante Roma que quedó defendida tan solo por unos pocos Zuavos Pontificios bajo el mando del barón de Charette, teniente coronel del Regimiento de Zuavos, que tras duros combates recibió orden del Papa Pío IX de izar la bandera parlamentaria. En este nefasto día del 20 de Septiembre, en que el Papa hubo de retirarse definitivamente al Palacio Vaticano, brilla por su valentía y audacia la hazaña de D. Alfonso Carlos de Borbón, alférez de Zuavos Pontificios, que al frente de una compañía de 85 hombres, españoles y holandeses, defendió la integridad física del Papa, después de haber capitulado todas las fuerzas que defendían la ciudad de Roma, evitando que Pío IX cayera en manos de las tropas que asediaban la ciudad. Aquella se convirtió en uno de los acontecimientos más tristes, el de la toma de Roma y la desaparición de los Estados Pontificios. En el cual los Zuavos del Papa defendieron con gran valentía, la brecha que hicieron los piamonteses en la Porta Pía. Los Zuavos la defendieron a bayoneta calada hasta el momento de la capitulación. Tras la vuelta a España, durante la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) de Don Alfonso Carlos de Borbón, creo diversas unidades a semejanza de los que habían combatido al servicio del Papa. Entre esas unidades podemos encontrar al Batallón de Zuavos de Don Alfonso Carlos, el Batallón de Zuavos de Doña Margarita y a la Compañía de Guías Zuavos de Cantabria.
La indumentaria de estas milicias consistía en una camiseta de lana azul cubierta por una corta chaqueta de tela también azul, adornada con trencillas rojas y falsos bolsillos del color distintivo del Regimiento al que se pertenecía. Los pantalones eran amplísimos, de color rojo e iban anudados bajo la rodilla. Alrededor de la cintura llevaban una larga faja de color azul claro y se cubrían la cabeza con un turbante que, más tarde fue sustituido por el típico fez rojo. Con la creación de los Zuavos Pontificios, los componentes de dichas fuerzas asumen en gran medida la indumentaria de las primitivas tropas coloniales francesas, diferenciándose tan sólo en el tocado de la cabeza y algún otro detalle, siendo básicamente su uniforme el de los Zuavos argelinos.
GENDARMERIA DEL ESTADO DE LA CIUDAD DEL VATICANO
La Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano disolvió el Cuerpo de la Gendarmería –fundado el 14 de julio de 1816 por el Papa Pío VII- mediante la Ley nº 68, del 15 de diciembre de 1970, que seguía a la Carta de Pablo VI, firmada el 14 de septiembre de 1970, por la que quedaban abolidos todos los Cuerpos Militares del Estado de la Ciudad del Vaticano, a excepción de la Guardia Suiza Pontificia. De este modo, se constituyó en el Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano una Oficina Central de Vigilancia, a la que se atribuyeron, además de las competencias generales de vigilar y procurar el cumplimiento de las leyes, reglamentos y ordenanzas de las autoridades del Estado, las funciones de la Policía de Seguridad del Estado y de Vigilancia de las personas y cosas que en él se encontraran, de Policía Judicial, y de Policía de Circulación Estatal. La Ley 168 del 25 de marzo que modificaba parcialmente la Ley Institucional número 68 del 15 de diciembre de 1970, cambio nuevamente la denominación de la Oficina en “Cuerpo de Vigilancia del Estado de la Ciudad del Vaticano.” El 2 de enero del 2002, con la Ley número 374, la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano sustituyó nuevamente el nombre por el de “Cuerpo de la Gendarmeria del Estado de la Ciudad del Vaticano” Finalmente el 16 de julio de 2002, su Santidad el Papa Juan Pablo II, con la Ley número 384 sobre el Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano, instituyó entre otras la Dirección de los Servicios de Seguridad y Protección Civil, de la que dependen el Cuerpo de la Gendarmería y el Cuerpo de Bomberos, estableciendo que el Cuerpo de la Gendarmería:
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Proveyera al mantenimiento de la seguridad y del orden público
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Realizará las funciones institucionales de policía, comprendidas las de frontera, policía judicial y tributaria, para la seguridad de los lugares y de las personas, el mantenimiento del orden público. Actualmente la plantilla efectiva del Cuerpo de la Gendarmería está compuesta por 130 oficiales.
LOS SERVICIOS SECRETOS DEL VATICANO
Los Servicios de Inteligencia del Vaticano dependen de la Santa Alianza, que se creo en 1566, por orden del Papa Pío V, con la intención de matar a la hereje, la Reina Isabel de Inglaterra, y poner en su lugar a la Católica María Estuardo, que estuvo casada por poderes con el entonces Rey de España Felipe II, matrimonio que fue abolido por el Papa, ya que nunca se consumo. Desde ese mismo acontecimiento, la Santa Alianza llevó a cabo la ejecución de Enrique IV de Francia, del Príncipe Protestante Guillermo de Orange, de oficiales de Napoleón, de líderes de Garibaldi durante la Guerra de Unificación de Italia y de los libertarios contrarios a la política pontificia y de otros muchos.
Sin duda alguna, los tres grandes vértices políticos que acabaron con el comunismo fueron Ronald Reagan, Margaret Thatcher y el Papa Juan Pablo II. Entre los tres apoyados por sus Servicios de Inteligencia CIA-MI6-y la Santa Alianza o “La Entidad” como se le llama al Servicio de Inteligencia del Vaticano, mantuvieron una conexión muy estrecha para acabar con el muro de Berlín. El Vaticano se convirtió en un punto muy interesante para los espías de Europa Oriental, debido a su cooperación con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) hacia finales de los años 70 y principios de los 80. La CIA proporcionó al Papa la información secreta de la Casa Blanca y le dio acceso al satélite y a la información de escuchas disimuladas. Vernon Walters, general y ex-director Adjunto de la Central de Inteligencia, visitó al Papa en incontables ocasiones entre 1981 y 1988. Debido al apoyo incondicional del Papa con Solidaridad en Polonia y en la lucha contra la dictadura comunista del General Jarolewski.. Prácticamente cada Agencia Central de Inteligencia del Pacto de Varsovia estuvo interesada en el Vaticano, e intento chantajear a diversos sacerdotes, o comprar sus servicios en Polonia, Hungría, Bulgaria, Checoslovaquia, Lituania y otros países para poder espiar al Vaticano. El Coronel Estermann, Comandante de la Guardia Suiza que fue asesinado, era un espía de la STASI, El Servicio de Inteligencia de la Alemania Oriental, comunistas alemanes que trabajaban en colaboración con el KGB soviético. Estermann, trabajo como espía durante dos años, para los servicios de inteligencia de la STASI y el KGB. Incluso algunos afirman que el soldado que les mato, no era ningún enfermo mental, sino un agente de la CIA, o del Soladitium Pianum (El Servicio Secreto del Vaticano). Incluso se descubrió que los Servicios Secretos de Bulgaria, durante los primeros años 80, entrando ya en la etapa final de la Guerra Fría, estuvieron involucrados en un complot para matar al Papa. Las oficinas de las Líneas Aéreas de Europa Oriental en Roma, las agencias de viaje, y desde luego, las Embajadas de los países del Pacto de Varsovia, fueron excelentes puestos de escuchas. Incluso se dice que las Líneas Aéreas del Vaticano funcionaban como contacto para los espías de los Servicios de Inteligencia de la OTAN.
Los Servicios Secretos del Vaticano han actuado como cualquier servicio secreto del mundo. Durante el siglo XIX llegaron a matar a miembros de organizaciones contrarias a los intereses de los Estados Pontificios; sus agentes llegaron a ayudar a evadirse a ex oficiales de las SS de los servicios de seguridad de las SD y de otras organizaciones del Partido Nazi al final de la Segunda Guerra Mundial; realizaron campañas de propaganda encubierta en Rusia durante la invasión alemana de 1941; crearon una división llamada el Russicum, con el fin de establecer una jerarquía católica en la Rusia Soviética de forma estable y secreta; sus espías combatieron con ayuda de la CIA y el MI6 británico a los curas rebeldes de la teología de la Liberación en la Latinoamérica de los años 80; apoyaron un golpe militar en Grecia, el de lo llamados “Coroneles”, para combatir el comunismo emergente en los Balcanes; y crearon junto a la CIA, operaciones para desestabilizar el gobierno comunista de Polonia. La red de espías del Vaticano es la más eficiente y más extendida del mundo. Esta red es conocida como Soladitium Pianum. Esta organización fue instituida en 1909 por el Papa Pío XI, y fue establecida para supervisar y reportar a la oficina del Santo Oficio, cualquier desviación de la ortodoxia, o sea de los cánones establecidos por la Iglesia. Sería como una Oficina de Asuntos Internos.. Los sacerdotes que investigan a otros sacerdotes. Estos sacerdotes no están implicados en la mayoría de los casos en el espionaje regular. Sin embargo, es posible, que ellos, en secreto, también hayan sido implicados en actividades de espionaje. Aunque dentro de la Santa Alianza, estarían dos departamentos de Inteligencia, el Russicum y el Soladitium Pianum, el Russicum, era el Colegio Pontificial Ruso, que fue fundado en 1927 para enseñar a los católicos rusos en la diáspora y a los sacerdotes que iban a predicar a Rusia. Algunos dicen que el Russicum era de hecho, un centro de entrenamiento para los sacerdotes que iban a ser enviados a Rusia como espías.