EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LAS AMENAZAS HÍBRIDAS
La guerra híbrida es una estrategia militar que emplea la guerra política y la guerra convencional, la guerra irregular y la guerra cibernética [con otros métodos influyentes, como noticias falsas diplomacia, guerra e intervención electoral extranjera. Al combinar operaciones cinéticas con esfuerzos subversivos, el agresor intenta evitar la atribución o retribución. La guerra híbrida se puede usar para describir la dinámica flexible y compleja del espacio de batalla que requiere una respuesta altamente adaptable y resistente. Hay una variedad de términos usados para referirse al concepto de la guerra híbrida: guerra híbrida, amenazas híbridas, (así como de guerra no lineal, de guerra no tradicional o de guerra especial). Los cuerpos militares estadounidenses tienden a hablar en términos de una amenaza híbrida, mientras que la literatura académica habla de una guerra híbrida. Para los fines de este primer tema de la asignatura, estos términos se utilizarán indistintamente.
Fuente: https://strategyinternational.org/hybrid-warfare-the-comprehensive-approach-in-the-offense/
En primer lugar, podemos apuntar que las denominadas amenazas híbridas son acciones coordinadas y sincronizadas —con origen habitualmente, pero no solo, en los servicios de inteligencia de los agentes de las amenazas— que atacan deliberadamente vulnerabilidades sistémicas de los Estados y sus instituciones a través de una amplia gama de medios y en distintos sectores objetivo (políticos, económicos, militares, sociales, informativos, infraestructuras y legales) utilizando el ciberespacio como la herramienta más versátil y adecuada para sus propósitos. Una característica definitoria de este tipo de amenazas es su capacidad para explotar los umbrales de detección y atribución de tales acciones —lo que en sí mismo puede considerarse una vulnerabilidad sistémica—, así como la frontera jurídica entre guerra y paz, y con ello, por ejemplo, impedir la activación del compromiso de “asistencia mutua” recogido en el art. 5 del Tratado de la OTAN[1]. El objetivo de los denominados ataques híbridos es casi siempre el mismo: influir en los diferentes mecanismos de toma de decisiones de la víctima (Estado u organización), ya sean decisiones a nivel local, estatal o institucional, para favorecer o alcanzar los objetivos estratégicos del atacante al tiempo que socava la credibilidad, la estabilidad o la moral de la víctima. Según el Consejo de Europa, cuando no existe confrontación armada (encubierta o no) y atendiendo a las medidas de protección de la seguridad nacional de los Estados y sus límites legales, parece más exacto y conveniente utilizar los términos amenaza híbrida o conflicto híbrido que guerra híbrida. Según el Servicio de Estudios del Parlamento Europeo, las amenazas híbridas pueden comprender varias situaciones, incluidos los actos terroristas (de Boko Haram[2], al-Qaeda o Daesh, por ejemplo), acciones contra la ciberseguridad de los Estados o sus organizaciones, acciones de grupos delictivos armados (como los de los cárteles de la droga mexicanos), disputas marítimas (como las que se ubican en el mar de la China Meridional), restricciones al uso del espacio, actos económicos hostiles (como el bloqueo de las exportaciones japonesas por parte de China en 2010) y operaciones militares encubiertas (como el caso de los little green men en Crimea)[3]. En todo caso, las amenazas híbridas pueden partir tanto de Estados como de agentes no estatales y abarcar formas de enfrentamiento tanto violentas como no violentas, aunque, como hemos señalado, desde el punto de vista jurídico es más preciso utilizar el término guerra híbrida solo cuando existe un conflicto armado declarado y no encubierto y, en consecuencia, se activa la aplicación del Derecho Internacional Humanitario (DIH). El concepto guerra híbrida combina capacidades cinéticas convencionales (acciones armadas no encubiertas) con tácticas irregulares tales como el terrorismo y crímenes transnacionales, especialmente cuando son cometidos por actores que, aparentemente patrocinados o dependientes de un Estado, dan la impresión de no encontrarse bajo su autoridad. Estas acciones también suelen recurrir al empleo de otros medios — ciberataques, desinformación y propaganda—, dirigidos a poblaciones enteras o incluso a minorías nacionales u otras minorías significativas, medios entre los que se incluyen la corrupción de agentes esenciales mediante uso de dinero negro o la habilitación de presupuestos paralelos. Numerosos especialistas conciben la guerra híbrida como un tipo de amenazas intrínsecamente nuevo. Su proliferación se ha visto alentada por la aparición de nuevos actores subestatales, nuevos tipos de armas y una nueva representación ideológica, mientras que el concepto de amenazas híbridas debe reservarse para situaciones en las que los Estados o actores no estatales emplean medios no violentos como instrumentos de guerra y los integran con el empleo de la fuerza armada o la amenaza de la fuerza. El sector académico no ha mostrado mucho interés en los aspectos legales de la guerra híbrida, ya que la mayoría de los problemas legales relacionados con este concepto, como la violación de la integridad territorial, el apoyo a los movimientos separatistas o el incumplimiento de los acuerdos internacionales, no son nuevos. Aunque las invasiones de Crimea y del este de Ucrania entran dentro de las definiciones ya «clásicas» de guerra híbrida1, otras actividades consideradas híbridas se relacionan con las tradicionales tácticas de subversión y desestabilización soviéticas, y otras se encuadran en el concepto de guerra política, donde un Estado emplea todos los instrumentos a su disposición para debilitar y desmoralizar política, militar, económica o socialmente el adversario. Sin embargo, lo híbrido que más atención está recibiendo se relaciona con el otro hype del momento: la desinformación, obviando tanto la larga tradición soviética de «medidas activas» como los grandes desarrollos realizados en la concepción rusa de guerra informativa desde la década de 1990 y centrales en su estrategia militar. En cualquier caso, algunas crónicas afirman que Moscú ha inventado la guerra híbrida y otras argumentan que el Kremlin está llevando a cabo una guerra híbrida contra Occidente, pareciendo olvidar que lo híbrido puede ser utilizado por cualquier actor tanto para ampliar su capacidad en el campo de batalla posmoderno como —utilizando una definición extensiva— para proyectar su influencia en el mundo físico, psicológico, perceptivo o virtual.
«Hombrecitos verdes» armados con AK-74M que bloquean la base militar de Perevalne , a 25 kilómetros al sur de Simferopol , 9 de marzo de 2014 Fuente: https://strategyinternational.org/hybrid-warfare-the-comprehensive-approach-in-the-offense/
Paradójicamente, Moscú también sostiene algo similar: asumiendo su papel civilizador, percibiéndose amenazada y preparando mentalmente a su población para la guerra, también declara estar siendo objeto de una guerra híbrida conducida por Occidente. Definida como cualquier acción militar o no-militar (política, cultural, diplomática, económica, informativa o medioambiental) y encaminada a debilitar un oponente y fundamentada en el empleo de ONG y organizaciones de la sociedad civil, el apoyo a movimientos sociales u opositores políticos, el control de internet y las tecnologías de la información, la penetración cultural o la propaganda en medios de comunicación, esta guerra híbrida promovida por Estados Unidos pretende explotar el potencial de protesta popular para facilitar cambios de régimen. Esta percepción de amenaza y su inferioridad militar en el plano convencional con la Alianza Atlántica le permite justificar sus actividades de subversión y desestabilización, sus operaciones informativas o sus acciones militares en su área de influencia más directa. En otras palabras, las «cosas» híbridas han experimentado un largo viaje conceptual desde 2006 —cuando se forjó esta idea para definir la combinación de elementos convencionales e irregulares— hasta 2019. Hoy en día, las concepciones abarcan desde cualquier actividad informativa, cibernética, subversiva o cinética realizada bajo el umbral del conflicto armado o cualquier manifestación de guerra política que entrañe el empleo de medios diplomáticos, informativos, militares, económicos, financieros, legales o de inteligencia en tiempo de paz, crisis o guerra. Sin embargo, esta idea que siempre ha mantenido una calculada ambigüedad por sus limitaciones inherentes se ha estirado tanto que cualquier actividad extraña —desde un tweet a la suplantación o spoofing de la señal del GPS de un avión— puede ser considerada como algo constitutivo de lo híbrido. Sin embargo, quizás la referencia más gráfica de la concepción actual de lo híbrido procede del secretario general de la Alianza Atlántica cuando declaró que «…lo híbrido es el lado oscuro de nuestro Enfoque Integral», por lo que cualquier respuesta debería combinar todos los instrumentos del Estado y de la comunidad internacional: diplomáticos, informativos, militares, económicos, financieros, de inteligencia o legales. Paradójicamente, mientras muchos comentaristas utilizan lo híbrido como sinónimo de desinformación o «ciberataque» —refiriéndose a actividades de (ciber) inteligencia, hackeo de dispositivos o servicios, hack&leak, uso de trolls o bots para amplifica mensajes o propaganda computacional—, las definiciones oficiales continúan recogiendo como rasgo distintivo el elemento militar convencional. Este puede ser el caso de la Alianza Atlántica, que define las amenazas híbridas como «…la integración de medios convencionales y no-convencionales, medidas militares abiertas y encubiertas, paramilitares y civiles por parte de actores estatales y no-estatales para lograr sus objetivos», o la Unión Europea, que más que definir el concepto y acotarlo, enumera un conjunto de características que podrían definir lo híbrido: «Las amenazas híbridas combinan actividades militares y no-militares convencionales y no-convencionales que pueden ser utilizadas de manera coordinada por actores estatales y no-estatales para lograr sus objetivos políticos. Las campañas híbridas son multidimensionales, combinando medidas coercitivas y subversivas, utilizando herramientas y tácticas tanto convencionales como no convencionales. Han sido diseñadas para ser difíciles de detectar y atribuir. Estas amenazas apuntan a vulnerabilidades críticas y pretenden generar confusión para dificultar la toma de decisiones rápida y efectiva. Las amenazas híbridas pueden abarcar desde ataques cibernéticos a sistemas de información críticos, pasando por la interrupción de servicios críticos como el suministro energético o servicios financieros, hasta el debilitamiento de la confianza pública en las instituciones gubernamentales o la profundización de las divisiones sociales. Como la atribución es difícil, estos desafíos requieren medidas específicas y coordinadas para contrarrestarlos» Con independencia de los largos debates que pueden realizarse sobre la conveniencia de hablar de guerra, adjetivarla como híbrida, considerar si se trata de algo novedoso, si deben utilizarse ideas alternativas (ambigua, irregular, asimétrica, política no-lineal, etc.) o aparcar definitivamente este concepto, lo cierto es que lo híbrido es atractivo y posee fuerza expresiva para que el público no especializado comprenda la multidimensionalidad de la amenaza. Sin embargo, al ampliar tanto el objeto de análisis, estirando tanto el concepto y manteniéndolo tan ambiguo, lo híbrido corre el riesgo de convertirse en un concepto comodín, vacío de contenido, usado principalmente para definir las acciones rusas en el exterior o describir un amplio abanico de actividades que escapan a la lógica «convencional». En cualquier caso, si se asume esta visión expansiva, cualquier respuesta debería plantearse en el marco de un Enfoque Integral (Comprehenehsive Approach) internacional o un Enfoque Gubernamental (Whole-of Government Approach) a escala nacional, algo que escapa al objeto de este trabajo No existe una definición universalmente aceptada de guerra híbrida que genere cierto debate sobre si el término es útil en absoluto. Algunos sostienen que el término es demasiado abstracto y solo el último término para referirse a métodos irregulares para contrarrestar una fuerza convencionalmente superior. La abstracción del término significa que a menudo se usa como un término general para todas las amenazas no lineales.
La guerra híbrida es una guerra con los siguientes aspectos:
Un adversario no estándar, complejo y fluido. Un adversario híbrido puede ser estatal o no estatal. Por ejemplo, en la Guerra Israel-Hezbolá y la Guerra Civil Siria, los principales adversarios son entidades no estatales dentro del sistema estatal. Los actores no estatales pueden actuar como representantes de los países, pero también tienen objetivos independientes. Por ejemplo, Irán es patrocinador de Hezbolá, pero fueron los objetivos de Hezbolá, y no Irán, lo que resultó en el secuestro de tropas israelíes que condujeron a la Guerra Israel-Hezbolá. Por otro lado, la participación rusa en Ucrania puede describirse como un actor estatal tradicional que libra una guerra híbrida (además de usar un proxy híbrido local) aunque Rusia niega su participación en el conflicto de Ucrania. Un adversario híbrido utiliza una combinación de métodos convencionales e irregulares. Los métodos y tácticas incluyen capacidades convencionales, tácticas irregulares, formaciones irregulares, diplomacia, política, actos terroristas, violencia indiscriminada y actividad criminal. Un adversario híbrido también usa acciones clandestinas para evitar la atribución o retribución. Los métodos se usan simultáneamente en todo el espectro del conflicto con una estrategia unificada. Un ejemplo actual son las aspiraciones transnacionales del Estado Islámico, las tácticas combinadas, las formaciones estructuradas y el uso cruel del terrorismo como parte de su arsenal. Un adversario híbrido es flexible y se adapta rápidamente. Por ejemplo, la respuesta del Estado Islámico a la campaña de bombardeos aéreos de los Estados Unidos fue una rápida reducción del uso de puntos de control, convoyes grandes y teléfonos celulares. Los militantes también se dispersaron entre la población civil. El daño colateral civil de los ataques aéreos se puede utilizar como una herramienta de reclutamiento efectiva. Un adversario híbrido utiliza sistemas de armas avanzados y otras tecnologías disruptivas. Dichas armas ahora se pueden comprar a precios de ganga. Además, otras tecnologías novedosas se están adaptando al campo de batalla, como las redes celulares. En 2006, Hezbolá estaba armado con armamento de alta tecnología, como misiles guiados de precisión, que los estados nacionales suelen utilizar. Las fuerzas de Hezbolá derribaron helicópteros israelíes, dañaron severamente un barco patrulla con un misil de crucero y destruyeron tanques fuertemente blindados disparando misiles guiados desde búnkeres ocultos. También usó drones aéreos para reunir inteligencia, comunicarse con teléfonos celulares encriptados y observar los movimientos de tropas israelíes con equipos térmicos de visión nocturna.
Uso de la comunicación de masas para propaganda.
El crecimiento de las redes de comunicación de masas ofrece poderosas herramientas de propaganda y reclutamiento. El uso de sitios web de noticias falsas para difundir historias falsas es un elemento de la guerra híbrida. Una guerra híbrida tiene lugar en tres campos de batalla distintos. Son el campo de batalla convencional, la población indígena de la zona de conflicto y la comunidad internacional. En su magistral trabajo sobre la guerra, el filósofo militar prusiano Carl von Clausewitz[4] escribe: «La guerra es más que un verdadero camaleón que ligeramente adapta sus características al caso dado«. Continúa diciendo que «la guerra es una trinidad notable compuesta de violencia y odio, azar y probabilidad y consideraciones políticas: elementos que se desarrollan a través de la interacción de personas, fuerzas militares y gobiernos”. Estos factores han sido parte de la guerra desde los albores de la historia registrada. Sin embargo, a medida que la guerra en el siglo XXI se transforma en formas aparentemente desconocidas que combinan fuerzas regulares e irregulares en los mismos campos de batalla. Los analistas de defensa han postulado la aparición de un nuevo tipo de conflicto: “Guerra Híbrida”. Esa palabra se ha puesto de moda entre los líderes civiles y militares en el Pentágono y en otros lugares. Sin embargo, como Clausewitz declaró hace casi dos siglos, aunque la guerra cambia sus características en varias circunstancias, de cualquier forma que se manifieste, la guerra sigue siendo guerra. La guerra en el siglo XXI ha sido y seguirá siendo un complejo fenómeno, pero su esencia no ha cambiado ni cambiará. A través de un examen cuidadoso de la historia, este primer tema de la asignatura, nos ilustrará que, aunque hay un concepto poco nuevo en la guerra híbrida, es un medio útil de pensar sobre el pasado, el presente y el futuro de la guerra. Las líneas de guerra en el siglo XXI se están volviendo cada vez más borrosas Los desafíos de seguridad de Estados Unidos incluyen estado por estado guerras, conflictos de contrainsurgencia, terrorismo y combinaciones de los mismos. La Superioridad militar convencional de EEUU, al menos para el futuro inmediato, obligará a los oponentes potenciales a desarrollar medios alternativos para lograr sus objetivos y oponerse al poder estadounidense. Cada vez más, esos medios incluirán fuerzas convencionales así como irregulares – o híbridas – trabajando en tándem. Los enemigos potenciales combinarán varios enfoques de la guerra para adaptarse a ellos. Sus culturas estratégicas, legados históricos, realidades geográficas y medios económicos. Contra tales enemigos, la superioridad tecnológica es útil. Pero insuficiente Como las guerras en Irak y Afganistán han subrayado, convertir las victorias en el campo de batalla en ganancias estratégicas a largo plazo también requiere un comprensión de la historia y la cultura, en otras palabras «el otro«, también como un número adecuado de tropas con las habilidades militares y conocimientos culturales necesarios para asegurar las poblaciones y tratar las causas fundamentales de la inseguridad en la sociedad. La guerra híbrida será un desafío crítico para los Estados Unidos y sus aliados en el siglo XXI, un desafío abiertamente reconocido por el Departamento de defensa de Estados Unidos. Sin embargo, para contrarrestar oponentes híbridos, los Estados Unidos y sus aliados primero deben comprender las características de guerra híbrida. Lamentablemente, el aparato intelectual de los estadounidenses militares, es decir, el personal y los colegios de guerra, en general no han logrado entender el futuro por referencia no solo al pasado lejano sino a pasado inmediato también. Hemos compilado esta colección de ensayos, el resultado de una conferencia en el Centro Mershon para la Seguridad Internacional Estudios en la Universidad Estatal de Ohio en mayo de 2010, porque creemos que la historia tiene mucho que decir sobre la guerra híbrida, así como otros asuntos. Cuanto antes no solo los historiadores sino también la defensa más grande la comunidad intelectual examinan ejemplos pasados de guerra híbrida también como las actuales, mejores serán las perspectivas para la utilización futura del poder militar de EEUU. Esta colección de ensayos representa un primer paso para examinar la naturaleza de los conflictos híbridos más de cerca. Hemos definido la guerra híbrida como conflicto que involucra una combinación de fuerzas militares convencionales e irregulares (guerrillas, insurgentes y terroristas), que podrían incluir ambos actores estatales y no estatales, destinados a lograr un propósito político común. Las fuerzas irregulares no necesitan ser dirigidas centralmente, aunque en muchos casos forman parte de una estrategia coherente utilizada para oponerse a un invasor o fuerza de ocupación. La guerra híbrida también se desarrolla en todos los niveles de guerra, desde lo táctico, lo operativo, lo estratégico. En particular, el aspecto militar y las organizaciones no deben ignorar el marco político y su narrativa dentro del cual ocurren todas las guerras. A nivel estratégico, las naciones podrían elegir para apoyar movimientos insurgentes con fuerzas convencionales para debilitar un adversario, al igual que los franceses cuando se aliaron con los estadounidenses en 1778 para debilitar a los británicos. A nivel operativo, un comandante podría usar las fuerzas guerrilleras para hostigar las líneas de comunicación enemigas o prevenir el enemigo de las fuerzas de concentración, como lo hizo el general Nathanael Greene[5] en el Campaña del sur en 1780-1781 en la Revolución Americana[6]. Finalmente, fuerzas regulares e irregulares ocasionalmente pueden unirse tácticamente, como lo hicieron en la batalla de Cowpens en 1781. «Las amenazas híbridas», escribe Frank Hoffman, «combinan la letalidad del estado conflicto con el fervor fanático y prolongado de la guerra irregular».
The Battle of Cowpens, painted by William Ranney in 1845. The scene depicts an unnamed black soldier (left) firing his pistol and saving the life of Colonel William Washington (on white horse in center)
La guerra híbrida no cambia la naturaleza de la guerra; simplemente cambia la forma y las fuerzas participan en su conducta. Tanto como el término «armas combinadas» describe la combinación táctica de infantería, armadura, artillería, ingenieros y otras ramas de servicio en batalla, en el término “guerra híbrida” es una construcción útil para analizar conflictos que involucran fuerzas regulares e irregulares involucradas en simétricas y asimétricas combate. Aunque puede haber algunas pequeñas diferencias en cómo los autores norteamericanos definen el término «guerra híbrida«, en los temas de la asignatura les he permitido realizar estas variaciones académicas porque este enfoque subraya aún más la complejidad del tema. A pesar de su importancia como la última palabra de moda en Washington, “híbrido” La guerra no es nueva. Su pedigrí histórico se remonta al menos hasta el Guerra del Peloponeso[7] en el siglo V a. C. Durante el conflicto entre Atenas y Esparta, los espartanos reconocieron que necesitaban mantener fuerzas significativas en Laconia y Messenia para evitar un levantamiento por parte de Los ilotas[8], sobre cuyas espaldas descansaban sus sistemas agrícolas y militares. Estratagemas atenienses como el movimiento para construir una base expedicionaria en Pylos descansaba en parte con el objetivo de crear las condiciones para un levantamiento, que luego agregaría una dimensión irregular al conflicto convencional. Después de que las fuerzas atenienses fortificaran Pylos en la costa suroeste del Peloponeso en 425 a. C., acuartelaron el puesto avanzado con los mesenios de Naupactus, cuyos antepasados los espartanos habían expulsado del área después del gran levantamiento de Ilota del 464 a. Los mesenios comenzaron una serie de incursiones en Laconia, ayudado por su habilidad para hablar el dialecto local. Los Ilotas pronto comenzaron a desertar a Pylos, creando así emergencia nacional en Esparta. Esta insurgencia representaba una forma de guerra para la cual las falanges espartanas excepcionales no eran adecuadas. El historiador ateniense Tucídides[9] registra: «Los espartanos, hasta ahora sin experiencia de incursiones en una guerra de estas características, se encontraron a los ilotas abandonados y temiendo la marcha de la revolución en su país, la situación comenzó a ser muy incómoda, y a pesar de su renuncia a traicionar a sus aliados, los atenienses comenzaron a enviar emisarios a Atenas para intentar recuperar Pylos y a los prisioneros”.
La mera amenaza de guerra híbrida había llevado a los espartanos a un acuerdo. Como lo sugieren ejemplos a lo largo de la historia, los oponentes híbridos forman una combinación difícil y a menudo poderosa. En pocas palabras, la existencia de las fuerzas convencionales requieren una fuerza militar para unirse contra ellos, pero Al hacerlo, las líneas de vida logísticas y las áreas en disputa son vulnerables a los insurgentes, la guerrilla y otras fuerzas irregulares. El ejército alemán en el Frente Oriental durante la Segunda Guerra Mundial, sufrió continuas interrupciones en su líneas de comunicación como resultado de la actividad de decenas de miles de partisanos soviéticos y otros irregulares, inclusive restos de fuerzas convencionales desviadas durante las fases iniciales de la Operación Barbarroja[10], con las operaciones de brutalidad llevadas a cabo por los Einsatzgruppen[11], las unidades de policía de las SS y otras fuerzas de seguridad en la retaguardia alemana, provocaron que la población civil les fuera hostil. Las fuerzas no pudieron reprimir a los partidarios, a pesar del asesinato en masa de cientos de miles de ciudadanos soviéticos en un intento de reprimir a la resistencia. Además, debido a la actuación de las fuerzas convencionales soviéticas, la Wehrmacht no podía permitirse el lujo de liberar unidades desde las posiciones de vanguardia para hacer frente a la amenaza en la retaguardia. El primer ministro Winston Churchill también reconoció el poder de usar fuerzas irregulares para combatir a la Wehrmacht en operaciones militares irregulares.
Fusilamiento de polacos en Leszno, octubre de 1939 Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/5c/Execution_of_Poles_by_German_Einsatzkommando_Oktober_1939.jpg
En julio de 1940, se creó a una nueva organización, el Dirección de Operaciones Especiales (SOE)[12], con la misión de “Convertir Europa en llamas” Durante los próximos años, los agentes británicos ayudaron a los movimientos de resistencia locales, los aviones británicos entregaron armas y municiones a las fuerzas partisanas, y los agentes del SOE se dedicaron al sabotaje de las instalaciones nazis en toda Europa occidental y los Balcanes. Al final, Gran Bretaña podría no haber ganado la guerra usando solo una combinación de bombardeo estratégico, bloqueo naval y fomento de revueltas en Europa. No obstante, los movimientos de resistencia proporcionaron un impulso a las fuerzas aliadas cuando regresó a Europa después del Día D, y resultaron especialmente útiles en retrasar los refuerzos alemanes dirigidos al frente de batalla de Normandía. La guerra híbrida no es solo un fenómeno occidental, ya que la guerra chino-japonesa de 1937 a 1945[13] nos da ese claro ejemplo de una guerra irregular. Mao Tse Tung y su los generales se convirtieron en expertos en mezclar fuerzas regulares e irregulares para atacar el enemigo de manera simétrica y asimétrica. De hecho, Mao vio claramente la guerrilla y las fuerzas convencionales como algo común en la lucha contra el enemigo japonés. Después de la rendición japonesa, sus fuerzas comunistas usaron las técnicas de guerra híbrida contra sus enemigos nacionalistas. Las divisiones del ejército regular comunista fueron muy buenas, como demostraron en la batalla no solo contra las fuerzas nacionalistas de Chiang Kai-shek[14] en China pero también contra las fuerzas estadounidenses en Corea en 1950. Las fuerzas nacionalistas superaron en realidad a los comunistas, pero el hostigamiento de cientos de miles de guerrillas condujo a la dispersión de gran parte de la fuerza nacionalista. La guerra híbrida permitió a las fuerzas de Mao ganar superioridad en puntos críticos en China durante las campañas de 1948-1949, las cuales terminaron con la expulsión de los nacionalistas del continente a Formosa (Taiwán).
La victoria comunista en la Guerra Civil China validó aún más la efectividad de la guerra híbrida en el derecho geográfico, histórico y cultural. Circunstancias También hay casos en que ambas partes en un conflicto utilizaron la guerra híbrida contra su adversario. Quizás el mejor ejemplo de esto fue el Guerra de Francia e India en América del Norte desde 1755 hasta 1763[15]. Inicialmente, los franceses mantuvieron la ventaja debido al uso de auxiliares indios y métodos no convencionales, pero para 1759, ambas partes estaban usando una combinación de fuerzas militares regulares, milicias coloniales e irregulares nativos que combatían por el dominio del continente norteamericano. La adaptación británica a los métodos franco-canadienses condenó a Francia a la derrota como a los exploradores indios, los guardabosques estadounidenses y la infantería ligera británica tomaron su lugar junto a los batallones convencionales de Redcoat. Comandantes británicos como James Wolfe[16] y Jeffrey Amherst[17] incluso llegaron a usar infantería ligera y guardabosques para atacar asentamientos franco-canadienses, causando estragos en la moral de los franceses y provocando deserciones cuando los milicianos abandonaron las filas para proteger a sus familias.
Posesiones coloniales en Norteamérica en 1750. Fuente: René Chartrand (20 April 2010) The Forts of New France: The Great Lakes, the Plains and the Gulf Coast 1600-1763, Osprey Publishing,
El comandante francés, el marqués de Montcalm[18], en realidad disminuyó las capacidades de sus fuerzas evitando el tipo de guerra practicada tan exitosamente por los nativos y los canadienses franceses en décadas anteriores. En cambio, les ofreció a los británicos la oportunidad de participar en una guerra convencional en la que las fuerzas enfrentadas que podía disponer en el campo de batalla de un mayor despliegue de tropas de infantería, apoyadas por artillería y caballería, era el que podía ganar la contienda. Ya no posee una ventaja conceptual o táctica sobre sus oponentes, los 6.000 soldados franceses en Canadá y el río Ohio no tenían ninguna esperanza en poder derrotar a los 44.000 soldados británicos y coloniales y marineros que se enfrentaron a ellos. La toma británica de Quebec en 1759 y Montreal al año siguiente selló la derrota francesa. Los militares occidentales ocasionalmente han usado la guerra híbrida para sus ventajas en la era moderna. La campaña británica contra el Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial se benefició de un levantamiento de tribus árabes dirigido por el Gran Sherif Hussein bin Ali y ayudado por los talentos del Capitán T. E. Lawrence[19] («Lawrence de Arabia«). Fuerzas árabes irregulares consiguieron derrotar a miles de tropas otomanas a través de continuos ataques contra el ferrocarril de Hejaz y en ocasiones derrotando en acciones convencionales a las fuerzas turcas en la batalla. Las guerrillas árabes proporcionaron información sobre las posiciones otomanas e interrumpieron las columnas de suministro otomanas. Los turcos lucharon por comprender como combatía un enemigo aparentemente invisible. «Parecía que un soldado normal podría estar indefenso sin un objetivo», escribió Lawrence, «poseer solo lo que se tiene y subyugando solo aquello por lo que, por orden, podía empujar a un soldado con su rifle a la batalla”. Al extender las fuerzas turcas por Arabia, estas actividades ayudaron materialmente. La campaña del general Edmund Allenby[20] contra las fuerzas turcas en Palestina, que culminó en la aplastante victoria británica en Meguido en septiembre 1918.
Allenby (derecha) junto al rey Nicolás I de Montenegro, de visita en el frente occidental en 1916. Fuente: John Warwick Brooke – http://media.iwm.org.uk/iwm/mediaLib//230/media-230569/large.jpg This is photograph Q 4483 from the collections of the Imperial War Museums.
A lo largo de la historia, los adversarios híbridos han estado dispuestos y capaces para extender las guerras en el tiempo y el espacio para lograr sus objetivos a largo plazo. A menos que los grandes poderes posean un compromiso profundo, el tiempo está de lado de sus oponentes híbridos. Si el reloj se acaba, el lado que posee el terreno gana por defecto. Este aspecto temporal ha representado un importante desafió a los militares involucrados en conflictos fuera de sus países de origen contra adversarios híbridos, un punto hecho por T. E. Lawrence cuando escribió sobre el Revuelta árabe: «La victoria final parecía segura, si la guerra duraba lo suficiente para que pudiéramos resolverlo”. Los adversarios híbridos prueban la paciencia estratégica de sus oponentes A pesar del éxito de la campaña de Allenby en el Medio Oriente durante la Primera Guerra Mundial, la guerra híbrida usualmente funcionó contra las potencias militares occidentales en el siglo XX, como lo atestiguan las guerras de devolución colonial. El intento de Francia de retener su imperio tras el final de la Segunda Guerra Mundial, ilustra la dificultad en que las potencias occidentales han experimentado en como derrotar a los adversarios híbridos, los cuales están dispuestos a esperar y esperar el momento para enfrentarse a ellos, un enemigo superior tecnológicamente hablando y poder derrotarle. Como vimos en el caso francés en Indochina y a los norteamericanos en Vietnam o a los soviéticos en Afganistán. En Indochina el Viet Minh, bajo el liderazgo político de Ho Chi Minh[21], impugnó el control francés después de la rendición japonesa en septiembre de 1945. Inicialmente, Las fuerzas militares francesas superaron a sus adversarios vietnamitas. Durante varios años, las guerrillas del Viet Minh[22] acosaron a las tropas de ocupación francesas, pero La falta de armas y municiones limitó sus esfuerzos. La victoria de la los comunistas en la Guerra Civil China en 1949 alteraron dramáticamente el equilibrio estratégico. Asesores chinos, armas y entrenamiento enviados al Viet Minh en una fuerza militar híbrida. Con asistencia china, El general Vo Nguyen Giap[23] reorganizó parte del Viet Minh como fuerza irregular y de guerrillas estructurada en cinco divisiones de infantería convencionales, (luego agregaría una división de artillería). Con esta fuerza renovada, el Viet Minh pronto se hizo con el control francés de la región fronteriza entre Vietnam y China, mientras las guerrillas del Viet Minh hostigaban a los franceses en el río Rojo Delta. Los franceses, bajo el liderazgo del general Jean de Lattre de Tassigny[24], crearon una serie de fortificaciones (la línea De Lattre) para proteger el delta del Viet Minh. Durante un tiempo, la línea se mantuvo activa cuando las divisiones de Viet Minh tomaron grandes pérdidas en los esfuerzos por romper el perímetro. Giap logro retirar sus divisiones a la jungla y pudo disputar el control en el Delta del Río Rojo por medio de operaciones guerrilleras. En un intento de dibujar formaciones de Viet Minh en una batalla convencional, en 1952 los franceses comenzaron a desplegar sus formaciones en posiciones fortificadas más allá de la línea De Lattre[25]. Las fuerzas francesas pudieron obtener algunas importantes victorias la Operación Lorena y la Batalla de Na San (23 de noviembre al 4 de diciembre de 1952), infligiendo varios miles de bajas en las fuerzas de Giap. Él respondió expandiendo la guerra a Laos en 1953.
El Bois Belleau (también conocido como USS Belleau Wood) fue un portaaviones prestado por EE. UU. a Francia durante la guerra. Fuente: The U.S. Navy light aircraft carrier USS Belleau Wood (CVL-24) underway on 22 December 1943. https://en.wikipedia.org/wiki/Naval_History_and_Heritage_Command
Para frustrar el movimiento de Viet Minh, el nuevo comandante francés, general Henri Navarre[26], creó una base aérea-terrestre en Dien Bien Phu[27], 175 millas al oeste de Hanoi Giap respondió moviendo varias divisiones al área, donde tomaron el terreno elevado que rodea la pista de aterrizaje y sistemáticamente invadió las fuerzas francesas colina por colina. El 8 de mayo de 1954, la última posición francesa, Isabelle, cayó ante las fuerzas de Viet Minh y el las fuerzas francesas restantes fueron capturadas. La victoria del Viet Minh en Dien Bien Phu fue un duro golpe para el Posición francesa en Indochina, pero el hecho es que los franceses todavía tenían Hanoi, el delta del río Rojo y la mayor parte del sur de Vietnam. Sin embargo, la voluntad de los franceses de continuar la lucha se había derrumbado. No podían competir con el Viet Minh en la batalla irregular, que moldeó las percepciones de los vietnamitas de que esta era una lucha por su nación contra ocupantes extranjeros. Tampoco los franceses crearon una satisfactoria alternativa política al Viet Minh. Los vietnamitas rechazaron esfuerzos para impedir que ex emperador vietnamita Bao Dai[28], pudiera volver al poder, siendo para ellos un títere de los franceses. Así, cuando la política francesa se derrumbó, el Viet Minh salió victorioso. Lo mejor que podían hacer los franceses era acordar un compromiso de paz que dejara al Viet Minh en posesión de la parte norte del país, con vagas promesas de elecciones nacionales posteriores. Esto nunca tuvo lugar. Como sugiere la experiencia francesa en Indochina, la voluntad política es un componente crucial de la guerra híbrida, como lo es en todas las guerras. En Argelia, en 1954, la mayoría de los franceses acordaron que era una parte integral de su país. Habiendo aprendido sus lecciones de la debacle de Vietnam, el ejército francés se desempeñó mucho mejor en el sentido militar en la lucha contra los insurgentes argelinos. De hecho, a finales de la década, la insurgencia argelina estaba contra las cuerdas y casi derrotada.
En 1962, el presidente Charles De Gaulle otorgó a Argelia su independencia. Al extender la guerra convencional para incluir al pueblo, las fuerzas híbridas amplificaron su poder limitado y extendieron el conflicto en ambos tiempos y espacios, proporcionando así la oportunidad de ganar un concurso de voluntades prolongado cuando de otro modo no podrían lograr una victoria militar convencional. Mientras que las fuerzas militares regulares realizan operaciones convencionales contra el fuerzas armadas de su oponente, fuerzas irregulares trabajan para lograr el control sobre la población Esta dicotomía es la razón por la cual los franceses fallaron tan desastrosamente en Indochina; aunque podrían derrotar a Viet Minh en batallas convencionales, en la mayoría de las circunstancias, no podían controlar simultáneamente al pueblo vietnamita. Al final, la falta de un socio autóctono estable y contar también con las suficientes fuerzas locales para poder ayudar a asegurar y estabilizar la población condenó el esfuerzo francés. Los franceses perdieron la batalla contra los vietnamitas y sus oponentes argelinos. Hasta cierto punto, toda guerra incluye una batalla de narrativas, a saber, qué lado posee el terreno moral alto o puede convencer al pueblo de la justicia de su causa. Al traer a la población en el conflicto, la guerra híbrida aumenta la importancia de las percepciones. Aunque la propaganda en tiempos de guerra es una tradición muy antigua, como el mundo antiguo, los sistemas de comunicaciones modernos como Internet, televisión por satélite y radio amplifican radicalmente las velocidades de transmisión de propaganda e información pública. Los insurgentes se dan cuenta de que los militares las acciones no son más que un complemento de la guerra de información, por la cual intentan influir en las percepciones tanto de su propio pueblo como de la población del enemigo. Las grandes potencias corren el riesgo de perder conflictos en los que fracasan. Para comprender el terreno humano o los «campos de batalla decisivos de opinión pública en el país y en el extranjero” En las guerras híbridas, las fuerzas militares convencionales realizan operaciones para derrotar a sus oponentes regulares, mientras que otras fuerzas militares y activos interinstitucionales deben trabajar para despejar áreas de fuerzas irregulares, para controlar esas áreas a largo plazo, y para contraorganizar a la población con el fin de pacificarla. El éxito militar y el establecimiento de la legitimidad entre la población conducirá a un aumento del apoyo internacional y desde casa, sin el cual se arriesgan las grandes potencias a una posible derrota. En el entorno moderno de la información instantánea comunicaciones y cobertura de noticias 24/7, los Estados Unidos deben convertirse en los mejores expertos ante los nuevos conflictos híbridos, ganando así la batalla irregular contra un enemigo sutil que utiliza nuevas armas, las cuales nos serán el desplazamiento de grandes unidades tipo división en un terreno concreto. Las narrativas que pueden determinar la diferencia entre victoria y derrota, incluso cuando las fuerzas militares de un gran poder pueden disfrutar de un enorme éxito, como lo hicieron las fuerzas estadounidenses al destruir en gran parte a las fuerzas del Viet Cong durante la ofensiva del Tet en 1968, en las que las fuerzas comunistas atacaron y se enfrentaron a los norteamericanos en una batalla convencional y fueron derrotados. La batalla por la percepción pública conducirá a la derrota. En el mundo de las guerras híbridas, no es suficiente destruir las fuerzas armadas del enemigo; para ganar, hay que también contar con el apoyo de la población local. En otras palabras, el éxito militar debe conducir a una relación proporcional, con un resultado político, según lo percibido por las poblaciones afectadas. Como lo ilustran estos ejemplos, una potencia extranjera rara vez puede generar las fuerzas militares, los medios financieros y el compromiso político. Requerido para perseguir una guerra híbrida a una conclusión aceptable. Los conflictos e intereses superpuestos en estas guerras a menudo crean «problemas perversos» eso no puede resolverse, solo gestionarse. Historiadores que en retrospectiva postulan las soluciones fáciles a estos conflictos interpretan mal su complejidad.
La Ofensiva del Tet resultó muy dañina para las fuerzas del EVN y el Viet Cong, pero lo fue mucho más para la moral de Estados Unidos. En la imagen, varios cuerpos de combatientes del Vietcong yaciendo a la vista de mujeres y niños, mayo de 1968. Fuente: National Archives and Records Administration
Otras definiciones
El Jefe de Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos definió una amenaza híbrida en 2008 como un adversario que incorpora «combinaciones diversas y dinámicas de capacidades convencionales, irregulares, terroristas y criminales«. El Comando de Fuerzas Conjuntas de EEUU define una amenaza híbrida como «cualquier adversario que emplee de forma simultánea y adaptativa una combinación personalizada de medios o actividades convencionales, irregulares, terroristas y criminales en el espacio de batalla operacional. En lugar de una sola entidad, una amenaza híbrida o retador puede ser una combinación de actores estatales y no estatales” El ejército estadounidense definió una amenaza híbrida en 2011 como «la combinación diversa y dinámica de fuerzas regulares, fuerzas irregulares, elementos criminales, o una combinación de estas fuerzas y elementos, todos unidos para lograr efectos mutuamente beneficiosos». La OTAN utiliza el término para describir «adversarios con la capacidad de emplear simultáneamente medios convencionales y no convencionales de forma adaptativa en la búsqueda de sus objetivos«. El ex jefe del ejército de Estados Unidos, George W. Casey Jr[29]., habló de un nuevo tipo de guerra que se volvería cada vez más común en el futuro: «Un híbrido de guerra irregular y guerra convencional«. Según el Centro Europeo de Excelencia inaugurado en 2017 para contrarrestar las amenazas híbridas, «Las amenazas híbridas son métodos y actividades que se dirigen a las vulnerabilidades del oponente» donde la «gama de métodos y actividades es amplia».
Efectividad
Los militares tradicionales tienen dificultades para responder a la guerra híbrida. Las organizaciones de defensa colectiva como la OTAN podrían tener dificultades para ponerse de acuerdo sobre el origen del conflicto, lo que dificulta la respuesta. Un artículo publicado en Global Security Review, «What is Hybrid Warfare? «, Compara la noción de guerra híbrida con el concepto ruso de guerra «no lineal«, que define como el despliegue de fuerzas militares «convencionales e irregulares en conjunto con ataques psicológicos, económicos, políticos y cibernéticos«. El artículo atribuye parcialmente la dificultad a la taxonomía militar «rígida» o estática utilizada por la OTAN para definir el concepto mismo de guerra. Además, para contrarrestar una amenaza híbrida, el poder duro. A menudo es insuficiente. A menudo, el conflicto evoluciona bajo el radar, e incluso una respuesta «rápida» resulta demasiado tarde. Una fuerza abrumadora es un elemento disuasorio insuficiente. Muchos ejércitos tradicionales carecen de la flexibilidad para cambiar tácticas, prioridades y objetivos constantemente.
Historia
La combinación de métodos convencionales e irregulares no es nueva y se ha utilizado a lo largo de la historia. Algunos historiadores encuentran los orígenes del concepto en las campañas emprendidas en la antigua Hispania por el líder lusitano Viriathus[30] o el general renegado Sertorius[31] contra las fuerzas de la República romana en los siglos II y III a. C., respectivamente. También se ven elementos de la guerra híbrida en el concepto de la pequeña guerra, una especie de reconocimiento en vigor practicado por las tropas ligeras en los ejércitos europeos en los siglos XVII y XVIII. Algunos ejemplos de ese tipo de combate se encuentran en la Guerra Revolucionaria Americana (una combinación del Ejército Continental de George Washington con las fuerzas de la milicia) y las Guerras Napoleónicas (los regulares británicos cooperaron con la guerrilla española). También se pueden encontrar ejemplos de guerra híbrida en conflictos más pequeños durante el siglo XIX. Por ejemplo, entre 1837 y 1840, Rafael Carrera, un líder rebelde campesino conservador en Guatemala, emprendió una exitosa campaña militar contra los liberales y el gobierno federal de América Central mediante una estrategia que combinaba tácticas guerrilleras clásicas con operaciones convencionales. El enfoque híbrido de Carrera en la guerra le dio la ventaja sobre sus enemigos numéricamente superiores y mejor armados.
[1] El principio de defensa colectiva es la piedra angular del tratado fundacional de la OTAN. Sigue siendo el principio único y permanente que une a sus miembros y establece un espíritu de solidaridad dentro de la Alianza. Este principio está consagrado en el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, que estipula que un ataque contra uno de los Aliados se considerará un ataque contra todos los aliados.
Artículo 5. Las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas y, en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva, reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, asistirá a la Parte o Partes así atacadas, adoptando seguidamente, individualmente y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer y mantener la seguridad en la región del Atlántico Norte. Todo ataque armado de esta naturaleza y toda medida adoptada en consecuencia se pondrán, inmediatamente, en conocimiento del Consejo de Seguridad. Estas medidas cesarán cuando el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para restablecer y mantener la paz y la seguridad internacionales.
[2] El Estado Islámico en África Occidental, anteriormente llamado como Jamā’at Ahl as-Sunnah lid-Da’wah wa’l-Jihād (Grupo de la Gente de la Sunnah para la Predicación y la Jihad), y más conocido como Boko Haram ‘La pretenciosidad es anatema’ a veces interpretado —incorrectamente— como ‘la educación occidental es pecado’) es el nombre de un grupo terrorista de carácter fundamentalista islámico activo en Nigeria, Camerún, Chad, Níger y Malí. Uno de sus objetivos declarados es el establecimiento de la Sharia como norma vigente en todos los estados de Nigeria, y no sólo en el norte de mayoría musulmana. Si bien en el norte de Nigeria, la Sharia ha sido tradicionalmente considerada como un código de justicia informal, y es aceptada por sectores de la población del norte, es ampliamente rechazada en el sur de Nigeria, donde existe una proporción mayor de cristianos. Boko Haram es una organización que apoya abiertamente el terrorismo contra la población civil y usa medios violentos y coactivos en la persecución de sus objetivos político-religiosos. En marzo de 2015 el grupo terrorista emitió un comunicado en el que reconocía su adhesión al Estado Islámico. Desde entonces han comenzado a referirse a sí mismos como «Wilayat Gharb Ifriquiya» o «Provincia de África Occidental»
[3] La frase » hombrecitos verdes » se refiere a los soldados enmascarados de la Federación de Rusia con modernos uniformes militares rusos sin distintivos y con modernas armas del ejército ruso. y equipo que apareció durante la crisis de Ucrania de 2014. El término surgió por primera vez durante la anexión de Crimea por parte de la Federación de Rusia (febrero-marzo de 2014), cuando esas fuerzas ocuparon y bloquearon el Aeropuerto internacional de Simferopol, la mayoría de las bases militares en Crimea, y el parlamento en Simferopol. También se les conoció como «gente educada«, ya que los ucranianos locales los percibían a menudo como un comportamiento muy profesional, a pesar de ser en ese momento una autodefensa autodenominada. fuerza. La Federación de Rusia inicialmente negó que se tratara de fuerzas militares rusas, sin embargo, el presidente ruso Vladimir Putin el 17 de abril de 2014 finalmente confirmó la presencia del ejército ruso. Además, numerosas fuentes, incluidos los medios estatales rusos, han confirmado que los «hombrecitos verdes» eran una mezcla de operativos de las Fuerzas de Operaciones Especiales y varias otras unidades Spetsnaz GRU. Además, era muy probable que los paracaidistas del 45º Regimiento de Reconocimiento Separado de la Guardia del VDV también formaran parte de él.
[4] Carl Philipp Gottlieb von Clausewitz (Burg, ducado de Magdeburgo, 1 de junio de 1780- Breslavia, Silesia, 16 de noviembre de 1831) fue un militar prusiano, uno de los más influyentes historiadores y teóricos de la ciencia militar moderna. Es conocido principalmente por su tratado De la guerra, en el que aborda a lo largo de ocho volúmenes un análisis sobre los conflictos armados, desde su planteamiento y motivaciones hasta su ejecución, abarcando comentarios sobre táctica, estrategia e incluso filosofía. Sus obras influyeron de forma decisiva en el desarrollo de la ciencia militar occidental, y se enseñan hoy día tanto en la mayoría de las academias militares del mundo como en cursos avanzados de gestión empresarial y márketing.
[5] Nathanael Greene (7 de agosto de 1742, Potowomut – 19 de junio de 1786, Mulberry Grove) fue un general estadounidense. Greene nació el 7 de agosto de 1742 en Potowomut, Warwick, Rhode Island, cuando todavía era colonia británica. Sus padres fueron Nathaniel Greene Sr. y Mary Mott Greene. Se casó en 1774 con Catharine Littlefield Miller y tuvo seis descendientes con ella. Era un ávido leedor y, con el tiempo, acumuló una gran librería para él. Trabajó en la legislatura colonial y como comandante de la milicia de la colonia (1775). Lideró las tropas del Ejército Continental en Boston y Nueva York y después luchó en las batallas de Trenton, Brandywine y Germantown. En esas batallas Greene se ganó la confianza de George Washington. En 1780 Washington convirtió a Greene en comandante en jefe del ejército sureño reemplazando así al general Horatio Gates. Su estrategia allí debilitó de tal modo a las tropas británicas que el general Charles Cornwallis abandonó los planes de conquista de Carolina del Norte (1781). Luego Greene comenzó la reconquista del interior de Carolina del Sur y, a finales de junio de 1781, había forzado a los ingleses a retroceder hasta Charleston. Presidió en el consejo de guerra de John André durante el incidente de Benedict Arnold (1780). Murió de forma abrupta el 19 de julio de 1786 por un golpe de calor.
[6] El teatro del sur de la Guerra de Independencia fue el centro de la zona de operaciones en América del Norte en la segunda mitad de la guerra revolucionaria americana. Durante los tres primeros años del conflicto, los mayores encuentros militares estaban en el norte, se concentraron en campañas en torno a las ciudades de Boston, Nueva York y Filadelfia. Tras el fracaso de la campaña de Saratoga, el británico abandonó en gran medida las operaciones en las colonias del centro y persiguió la paz mediante el sometimiento de la Colonias del Sur. Antes de 1778, las colonias del sur fueron dominados en gran medida por Patriota controladas por los gobiernos y las milicias, aunque también había un ejército continental presencia que jugó un papel en la defensa de Charleston en 1776, la supresión de leales milicias, y los intentos de conducir a los británicos de fuerza leal a este de Florida. La «estrategia sureña» británica comenzó a finales de 1778 con la captura de Savannah, Georgia, que fue seguida en 1780 por operaciones en Carolina del Sur que incluyó la derrota de dos ejércitos continentales en Charleston y Camden. General Nathanael Greene, quien asumió como comandante del Ejército Continental después de Camden, que participan en una estrategia de evitación y desgaste contra los británicos. Las dos fuerzas se enfrentaron en una serie de batallas, la mayoría de los cuales eran victorias tácticas para los británicos. En casi todos los casos, sin embargo, las «victorias» debilitan estratégicamente el ejército británico por el alto coste de las bajas, dejando intactas para seguir luchando el Ejército Continental. Este fue el mejor ejemplo de la Batalla del tribunal de Guilford. Varias victorias americanas, como la batalla del molino de Ramseur, la batalla de Cowpens, y la batalla de Kings Mountain, también sirvieron para debilitar la fuerza militar británica en general. El compromiso culminante, el sitio de Yorktown, terminó con la rendición del ejército británico. En esencia, marcó el fin de poder británico en las colonias
[7] La guerra del Peloponeso (431 a. C.-404 a. C.) fue un conflicto militar de la Antigua Grecia que enfrentó a las ciudades formadas por la Liga de Delos (encabezada por Atenas) y la Liga del Peloponeso (encabezada por Esparta). Tradicionalmente, los historiadores han dividido la guerra en tres fases. Durante la primera, llamada la guerra arquidámica, Esparta lanzó repetidas invasiones sobre el Ática, mientras que Atenas aprovechaba su supremacía naval para atacar las costas del Peloponeso y trataba de sofocar cualquier signo de malestar dentro de su Imperio. Este período de la guerra concluyó en 421 a. C., con la firma de la Paz de Nicias. Sin embargo, al poco tiempo el tratado fue roto por nuevos combates en el Peloponeso lo que llevó a la segunda fase. En 415 a. C., Atenas envió una inmensa fuerza expedicionaria para atacar a varios aliados de Esparta. La expedición ateniense, que se prolongó del 415 al 413 a. C., terminó en desastre, con la destrucción de gran parte del ejército y la reducción a la esclavitud de miles de soldados atenienses y aliados. Esto precipitó la fase final de la guerra, que suele ser llamada la guerra de Decelia. En esta etapa, Esparta, con la nueva ayuda de Persia y los sátrapas (gobernadores regionales) de Asia Menor, apoyó rebeliones en estados bajo el dominio de Atenas en el mar Egeo y en Jonia, con lo cual debilitó a la Liga de Delos y, finalmente, privó a Atenas de su supremacía marítima. La destrucción de la flota ateniense en Egospótamos puso fin a la guerra y Atenas se rindió al año siguiente.
[8] En la Grecia antigua los ilotas eran los siervos de Esparta, más específicamente eran los esclavos de los lacedemonios. No hay que confundirlos con los esclavos-mercancía, que existían además pero que eran más bien raros. El ilotismo se halla también en otras sociedades griegas, como Tesalia, Creta o incluso Sicilia. En términos más actuales, el ilotismo se refiere a las personas desposeídas de sus derechos ciudadanos. Los ilotas ocupaban una situación muy inferior a la de los periecos y de los homoioi, y estaban considerados como originarios de Mesenia, en el suroeste del Peloponeso. Eran esclavos públicos, propiedad del Estado espartano, y formaban parte integrante de los bienes rurales de los espartanos, también conocidos como los homoioi. Esta gente estaba adscrita a la tierra, que era propiedad del Estado espartano, pero que era repartida en calidad de cesión a los homoioi, los cuales se encargaban de que los ilotas la explotaran. Cuanto mayor era su número, más crecía la desconfianza y crueldad con que los espartiatas los trataban, hasta el punto que había un ritual (la Krypteia) organizado a propósito para la persecución y el exterminio de los ilotas. Además, la flagelación anual en público y el vestir de forma diferente, funcionaban como medidas intimidatorias para que no se sublevaran. Los ilotas son los campesinos de Esparta. Eran descendientes de las comunidades campesinas mesenias sometidas a la fuerza por los dirigentes. Su estatus se crea con la reforma de Licurgo. No son estrictamente esclavos, sino siervos: pertenecen al Estado, están adscritos a la propiedad que cultivan, no son objeto de comercio, pueden casarse y tener hijos y se quedan con los frutos de su trabajo una vez deducida la renta que corresponde al titular de la hacienda.
[9] Tucídides (Antigua Atenas, c. 460 a. C.-Tracia, c. ¿396 a. C.?) fue un historiador y militar ateniense. Su obra Historia de la Guerra del Peloponeso recuenta la historia de la guerra del siglo V a. C. entre Esparta y Atenas hasta el año 411 a. C. Tucídides ha sido considerado como el padre de la historiografía científica, debido a sus estrictos estándares de recopilación de pruebas y de sus análisis en términos de causa-efecto sin referencia a la intervención de dioses, tal y como él mismo subraya en su introducción a su obra. También ha sido considerado el padre de la escuela del realismo político, que valora las relaciones entre las naciones en función de su poder, y no en razón de la justicia.Su texto todavía se estudia en academias militares avanzadas de todo el mundo, y el Diálogo de los melios continúa siendo una importante obra en el estudio de la teoría de las relaciones internacionales
[10] La Operación Barbarroja, emprendida el 22 de junio de 1941, fue el nombre en clave dado por Adolf Hitler al plan de invasión a la Unión Soviética por parte de las Fuerzas del Eje durante la Segunda Guerra Mundial. Esta operación abrió el Frente Oriental, que se convirtió en el teatro de una de las operaciones más grandes de la guerra, escenario de las batallas más grandes y brutales del conflicto en Europa. El nombre de la operación es un homenaje a Federico I Barbarroja cuyo nombre está unido al nacionalismo alemán del siglo xix. La Operación Barbarroja significó un duro golpe para las desprevenidas fuerzas soviéticas, que sufrieron fuertes bajas y perdieron grandes extensiones de territorio en poco tiempo. No obstante, la llegada del invierno ruso acabó con los planes alemanes de terminar la invasión en 1941. Durante el invierno, el Ejército Rojocontraatacó y anuló las esperanzas de Hitler de ganar la batalla de Moscú. La operación acabó el 5 de diciembre de 1941 con la retirada del ejército alemán.
[11] Einsatzgruppen era el nombre de un conjunto de escuadrones de ejecución itinerantes especiales formados por miembros de las SS, SD y otros miembros de la policía secreta de la Alemania Nazi. Estos escuadrones de la muerte pertenecieron a las SS y actuaron primero, superficialmente, en la anexión de Austria de 1938 (Anschluss) y la invasión de Checoslovaquia (1939), y después, ya plenamente, en Polonia (1939) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1941 como unidades especiales autónomas. Su tarea principal, en palabras del general Erich von dem Bach-Zelewski de las SS en los juicios de Núremberg, era «la matanza de los judíos (prioritario), los gitanos y los comisarios políticos». Según sus propios expedientes, mataron alrededor de un millón cuatrocientas mil personas, casi exclusivamente civiles, sin supervisión judicial ni respaldo alguno de la legalidad (no se efectuó ninguna lectura de acusaciones del derecho penal o administrativo). Los asesinatos comenzaron con la aniquilación de la intelligentsia polaca tras la invasión de este país, y tuvo un papel integral en la implementación de la llamada «Solución final a la cuestión judía» (Die Endlösung der Judenfrage) en los territorios conquistados por la Alemania nazi. Más adelante se ocuparon de las etnias despreciadas como infrahumanas para el régimen nazi, incluyendo mujeres y niños, de las poblaciones que quedaban tras la línea del frente. Su tarea fue realizar fusilamientos masivos en los que se asesinaba sin ningún tipo de pruebas de los «crímenes» de los que se les acusaba. Asesinaron en total a más de un millón cuatrocientos mil judíos, comunistas, prisioneros de guerra y gitanos.Después del final de la Segunda Guerra Mundial, 24 líderes de alto rango de los Einsatzgruppen fueron procesados en el juicio a los Einsatzgruppen en 1947-1948, acusados de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. Se dictaron catorce penas de muerte y dos de cadena perpetua. Cuatro líderes adicionales de los Einsatzgruppe fueron luego juzgados y ejecutados por otras naciones.
[12] La Dirección de Operaciones Especiales (Special Operations Executive, SOE)1 fue una organización creada durante la Segunda Guerra Mundial por Winston Churchill y Hugh Dalton para llevar a cabo espionaje, sabotaje y reconocimiento militar y especial contra las Potencias del Eje en la Europa ocupada por la Alemania nazi. Aunque la organización propiamente dicha la formaron unos 13 000 agentes, de los cuales alrededor de 3200 eran mujeres, se calcula que dieron apoyo a alrededor de un millón de agentes secretos extranjeros en todo el mundo, sobre todo a los movimientos de resistencia como los partisanos yugoslavos (el mayor grupo de resistencia de la guerra), el Armia Krajowa polaco, los partisanos soviéticos, las Fuerzas Francesas del Interior, la resistencia noruega y la griega. Se refería a veces al SOE como «Los Irregulares de Baker Street» por el grupo de espías que aparece en los libros de Sherlock Holmes, o «Churchill’s Secret Army» (Ejército Secreto de Churchill).
[13] La segunda guerra sino-japonesa o chino-japonnesa fue un conflicto militar entre la República de China y el Imperio de Japón que se libró entre el 7 de julio de 1937 y el 9 de septiembre de 1945, en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Comenzó cuando el ejército japonés, que ya controlaba Manchuria, inició la invasión del norte y el este de China. China luchó con el apoyo económico de la Unión Soviética y los Estados Unidos contra Japón cuyo apoyo económico venía de la Alemania Nazi. Después del ataque japonés a Pearl Harbor en 1941, la guerra se fundió en el gran conflicto de la Segunda Guerra Mundial como un frente importante de lo que se conoce como la guerra del Pacífico. La segunda guerra sino-japonesa fue la mayor de Asia en el siglo XX y causó más del 90 % de las víctimas de la guerra del Pacífico. Se calcula que unos veinte millones de personas, la inmensa mayoría civiles, perdieron la vida en ella. La invasión concluyó con la rendición de Japón el 9 de septiembre de 1945.
[14] Chiang Kai-shek o Jiang Jieshi fue un militar y estadista chino. Sucedió a Sun Yat-sen como líder del Partido Nacionalista Chino Kuomintang y fue el líder máximo, bajo diversos cargos, de la República de China fundada en Nankín en 1927. Tras la derrota de los nacionalistas frente a los comunistas en 1949, se refugió con su gobierno en la isla de Taiwán. Chiang Kai-shek gobernó Taiwán de forma autoritaria desde 1949 hasta su muerte en 1975, cuando fue sucedido por su hijo Chiang Ching-kuo. Durante su etapa en Taiwán nunca se resignó a que el exilio fuera definitivo. Mantuvo la esperanza de que el comunismo acabaría cayendo y que la República de China, bajo su liderazgo, reconquistaría la China continental. Tras la invasión japonesa de China, el Gobierno dirigido por Chiang Kai-shek se replegó hacia el interior del país, estableciendo la capital provisional en Chongqing, ya que Nankín había caído en manos de los japoneses, que instauraron allí un Gobierno títere presidido por Wang Jingwei.
[15] Se conoce como guerra franco-india (1754-1763) a la parte de la guerra de los Siete Años desarrollada en América del Norte. El nombre se refiere a los dos principales enemigos a los que se enfrentaron distintas tribus de nativos americanos, británicos y franceses. También es conocida como guerra de la Conquista en Canadá. Este fue el cuarto conflicto colonial entre Francia y Gran Bretaña. La guerra fue el resultado de las tensiones entre británicos y franceses debidas principalmente a las pretensiones expansionistas de las colonias de ambos países. También entraron en juego cuestiones como los conflictos entre los nativos, quienes se vieron obligados a pedir protección a uno u otro imperio colonial. En Europa, María Teresa I de Austria decidió recuperar Silesia, que estaba en manos de Prusia desde la guerra de Sucesión austríaca. En el Viejo Mundo, la guerra comenzó en otoño, cuando Federico II el Grande de Prusia decidió adelantarse a Austria.En Norteamérica el primer ataque británico se produjo en mayo de 1754 aunque el primer enfrentamiento que fue más allá de una escaramuza se produjo dos meses después, en julio, en Fort Necessity. La contienda se desarrolló durante nueve años, en un principio con claro predominio francés, aunque el resultado final le fue favorable a Gran Bretaña al conquistar Canadá. La paz se alcanzó con el Tratado de París y supuso la pérdida de todas las posesiones continentales francesas puesto que tuvo que ceder Luisiana a España en compensación por la pérdida de Florida en manos de los británicos.
[16] El general James Wolfe (2 de enero de 1727-13 de septiembre de 1759) fue un oficial del ejército británico considerado como un héroe en Canadá debido a su victoria contra los franceses en la batalla de Quebec. Esta victoria supuso el comienzo del dominio británico en Canadá.
[17] Jeffrey Amherst, primer barón de Amherst (29 de enero de 1717, Sevenoaks, condado de Kent (Inglaterra) – 3 de agosto de 1797, ibídem), fue un militar británico, que alcanzó el grado de mariscal de campo en el Ejército británico. Destacó por su papel en las guerras con los amerindios, pero especialmente destacó en la Guerra de los Siete Años contra Francia en los territorios del actual Canadá, que supuso la pérdida del Québec y de Nueva Francia para los franceses. Fue el primer gobernador general británico del Canadá tras la ocupación del Québec. Sin embargo, fracasó en la lucha contra los rebeldes de las colonias americanas (las Trece Colonias) que, mal resuelta, desembocó posteriormente en la Guerra de independencia de Estados Unidos, con la consiguiente pérdida del territorio para el Reino Unido. Fue ennoblecido por la Corona británica, concretamente por el rey Jorge III, como premio por su destacada actuación en América, siendo así nombrado primer Barón de Amherst.
[18] Louis-Joseph de Montcalm-Gozon, Marqués de Saint-Veran (28 de febrero de 1712-14 de septiembre de 1759) fue un comandante francés destacado en Norteamérica. Participó en varias batallas de la guerra franco-india, fase norteamericana de la Guerra de los Siete Años.
[19] Thomas Edward Lawrence, más conocido como T. E. Lawrence o Lawrence de Arabia, fue un militar, arqueólogo y escritor británico, oficial del Ejército Británico durante la Primera Guerra Mundial, en la que desempeñó un notable papel como enlace durante la rebelión árabe contra el dominio otomano. Su libro autobiográfico Los siete pilares de la sabiduría (1926) y la repercusión del relato sensacionalista de Lowell Thomas promocionaron su fama internacional como “Lawrence de Arabia”, sobrenombre que dio título a la película de 1962, que llegaría a sustituir a la persona por el personaje, o como lo definió Robert Graves «una personalidad de complejidad exasperante».
[20] Edmund Henry Hynman Allenby (Nottinghamshire, 23 de abril de 1861-Londres, 14 de mayo de 1936) fue un mariscal de campo británico. Se desempeñó como inspector general de la caballería en la Segunda Guerra de los Bóeres. Durante la Primera Guerra Mundial, combatió al mando del 3.er Ejército británico destinado en el frente occidental y en la campaña del Sinaí y Palestina y contribuyó al fin del dominio otomano en Siria. Fue alto comisionado de Egipto entre 1919 y 1925.
[21] Hồ Chí Minh fue un poeta, militar e insurgente vietnamita. Fue primer ministro (1945-1955) y presidente (1945-1969) de la República Democrática de Vietnam, conocida como Vietnam del Norte. Fue una figura clave en la fundación de la República Democrática de Vietnam en 1945, así como el Ejército Popular de Vietnam (PAVN) y el Việt Cộng (NLF o VC) durante la Guerra de Vietnam.
[22] El Viet Minh, forma abreviada de Việt Nam Ðộc Lập Ðồng Minh Hội (Liga para la independencia de Vietnam), se formó en una conferencia celebrada en mayo de 1941, como alianza entre el Partido Comunista Indochino y grupos nacionalistas, con el fin de conseguir independizarse de Francia. La liga estuvo dirigida por Nguyễn Tất Thành, más conocido como Hồ Chí Minh («El que Enseña») que junto a Lê Duẩn, Võ Nguyên Giáp y Pham Van Dong integraron el grupo fundador. En 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen de Vichy presionado por la Alemania nazi cedió el control de la Indochina francesa y de sus bases militares a Japón. El Viet Minh luchó contra ellos con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Soviética. Al ir produciéndose la vuelta de los franceses tras la salida de los japoneses, el Viet Minh centró sus ataques en las guarniciones francesas, cayendo la primera en diciembre de 1944, cuando Giap ya había formado las primeras brigadas. Con la rendición de Japón en agosto de 1945, la liga tomó el control del país y Hồ Chí Minh proclamó la independencia el 2 de septiembre. Tras infructuosas negociaciones, en diciembre de 1946 la armada francesa bombardeó la ciudad de Haiphong provocando miles de muertos. Aquella acción dio comienzo a la Guerra de Indochina. Inicialmente Hồ Chí Minh no quería utilizar a su ejército contra las tropas coloniales; sin embargo, al verse casi sin apoyos, estuvo de acuerdo con Giap en lanzar un ataque.
[23] Võ Nguyên Giáp fue un político y general del Ejército Popular de Vietnam. Giáp desempeñó la jefatura de las fuerzas armadas en dos guerras: La Primera Guerra de Indochina (1946–1954) y la Guerra de Vietnam (1960–1975). Participó en las siguientes batallas, todas estas de importancia histórica: Lạng Sơn (1950); Hòa Bình (1951–1952); Điện Biên Phủ (1954); la Ofensiva del Tết (1968); la Ofensiva de Pascua (1972) y la Campaña final de Hồ Chí Minh (1975). Giáp fue también periodista, Ministro del Interior durante la presidencia de Hồ Chí Minh en el Viet Minh, jefe militar del Việt Minh, jefe del Ejército Popular de Vietnam y Ministro de Defensa. Asimismo fue miembro del politburó del Partido de los Trabajadores de Vietnam, el cual se transformó en el Partido Comunista de Vietnam en 1976.
[24] Jean Joseph Marie Gabriel de Lattre de Tassigny fue un militar francés considerado un héroe de la Segunda Guerra Mundial. Nacido en Mouilleron-en-Pareds, concluyó sus estudios en 1911 y combatió en la Primera Guerra Mundial. Especializado en caballería, estuvo al frente del Colegio de Guerra y cuando se declaró la guerra en 1939 comandó la 14ª División de Infantería del ejército galo hasta que se firmó el armisticio con las Potencias del Eje. Tras la firma de dicho tratado continuó en servicio mandando las fuerzas de la Francia de Vichy en Túnez en 1941. En 1942 se hizo cargo de la 16ª División de Infantería y empezó a organizar la resistencia contra las fuerzas de ocupación nazis, lo que le llevó a ser arrestado y condenado a 10 años de prisión. Consiguió escapar y se marchó a Argel, donde el general De Gaulle lo puso al mando del conocido como Ejército Francés B que participó en la invasión del sur de Francia en la conocida como Operación Dragoon. De Lattre desembarcó en la región de la Provenza el 16 de agosto de 1944 y junto a sus tropas comenzó a atravesar Francia liberando el país a su paso. El 25 de septiembre de 1944 el Ejército Francés B pasa a denominarse Primer Ejército Francés y bajo el auspicio del general Charles de Gaulle, los miembros de la resistencia francesa que querían seguir luchando, una vez que Francia había sido liberada, pasaron a formar parte del mismo bajo las órdenes de De Lattre. Junto al resto de las fuerzas de los países aliados, este ejército cruzó el Rin y participó en la invasión de Alemania. De Lattre representó oficialmente a su país durante la capitulación alemana del 8 de mayo de 1945 en Berlín. Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, Jean de Lattre comandó las tropas francesas en Indochina durante la Primera Guerra de Indochina. En 1951 una grave enfermedad obligó a De Lattre a regresar a París, donde fallecería posteriormente víctima de un cáncer. A título póstumo se concedió la distinción de Mariscal de Francia, reservada a los generales con logros excepcionales durante su carrera.
[25] The De Lattre Line, named after General Jean de Lattre de Tassigny, was a line of concrete fortifications, obstacles, and weapons installations constructed by the French around the Red River Delta in northern Vietnam. The French established the fortification to guard the essential lines of communication between the cities of Hanoi and Haiphong and to provide security for the densely populated and economically important Delta area against attacks by both the Việt Minh and any potential invasion from Communist China. The Line was to comprise 1200 separate concrete blockhouses able to withstand 155mm artillery grouped in 250 clusters of 3-6 blockhouses for mutual fire support over a span of 235 miles (378 km). Each blockhouse was to hold a minimum of 10 men. In addition a defensive redoubt was to be constructed around a 22 miles (35 km) radius from the port of Haiphong ensuring its safety from artillery attack. All these new defensive lines were to be connected by roads capable of bearing 30-ton tanks. Construction commenced in late 1950 and was largely complete by the end of 1951.
[26] El general Henri Navarre. Fue un militar que participó en la guerra de Indochina Francesa (que comprendía a Tonkin, Annam y Cochinchina -tres regiones que hoy integran Vietnam-, más Laos y Camboya). Tomó el mando de las fuerzas militares sucediendo al general Raoul Salan, en un momento en que éstas se encontraban a la defensiva. Puso a punto un plan para atraer a los Vietminh a una batalla abierta, en el curso de la cual la capacidad de fuego francesa debía aniquilar a las fuerzas de Giap. El lugar elegido por el General Navarre era Dien Bien Phu, una aldea situada al noroeste de Vietnam, aproximadamente a 300km al oeste de Hanói.
[27] La batalla de Ðiện Biên Phủ se libró en 1954 entre el Viet Minh, bajo el mando del General Võ Nguyên Giáp, contra el Cuerpo Expedicionario Francés en Extremo Oriente mandado por el general Henri Navarre. Tuvo lugar en los alrededores de la aldea de Dien Bien Phu y fue la última batalla de la guerra de Indochina.
[28] Bảo Đại fue el último emperador de Vietnam, el decimotercero y último de la dinastía Nguyễn. En 1925 se convirtió en emperador títere del Imperio de Vietnam, un estado títere establecido por los franceses en su colonia de la Indochina francesa. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Régimen de Vichy, sometido a la Alemania Nazi, permitió la ocupación de la Indochina por el Imperio japonés, aliado de Alemania. Después de la rendición de Japón, Bảo Đại se vio superado por los acontecimientos y debió abdicar, partiendo al exilio. Las autoridades coloniales francesas lo recuperaron en 1949 y le nombraron jefe de Estado del Vietnam Unido, pero, tras la derrota de estas en la batalla de Điện Biên Phủ, volvió a verse abandonado y partió nuevamente al exilio.
[29] George William Casey, Jr (nacido 21 de julio de 1948 en Sendai, Japón) fue el 36° Jefe de Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos, del 10 de abril de 2007, al 10 de abril de 2011, El general Casey se desempeñó anteriormente como Comandante General de la Fuerza Multinacional en Irak entre junio de 2004 y el 8 de febrero de 2007. Él ascendió a su actual cargo y jerarquía el 10 de abril de 2007
[30] Viriato —o Viriathus en latín, tal como fue recogido en las fuentes romanas— (muerto en 139 a. C.) fue un líder lusitano que hizo frente a la expansión de Roma en Hispania a mediados del siglo II a. C. en el territorio suroccidental de la península ibérica, dentro de las llamadas guerras lusitanas. Su posición al frente de los lusitanos tenía al parecer una naturaleza electiva, es decir, no era hereditaria, sino que se debía a sus éxitos militares.1 Se le ha llegado a considerar como «el terror de Roma».Por su parte, Theodor Mommsen dijo de él: «Parecía que, en aquel prosaico tiempo, hubiera reaparecido un héroe homérico».
[31] Quinto Sertorio, en latín Quintus Sertorius, fue un destacado político y militar romano de la época final de la República romana, célebre por el movimiento antisilano que dirigió en Hispania. Posteriormente fue mitificado como héroe nacional de España y Portugal Perteneciente a una familia humilde aunque relacionada con la aristocracia republicana por medio de su tío, Cayo Mario, sirvió a sus órdenes durante la guerra de Yugurta y durante la guerra cimbria, donde se labraría cierta fama como militar. Su carrera política comenzó cuando fue nombrado tribuno militar (97 a. C.) y destinado a Hispania, en donde sirvió a las órdenes de Tito Didio; aquí mostró de nuevo sus habilidades militares y llegó a ser condecorado con una corona gramínea (93 a. C.) tras derrotar a unos rebeldes en Cástulo.