La coalición creada para luchar contra el Estado Islámico está teniendo importantes dificultades para lograr derrotar a los terroristas. Tan pronto como expulsan a los combatientes de una zona de Siria e Irak, estos se reagrupan y cambian el blanco de sus ataques. El Estado Islámico está demostrando una extraordinaria mezcla de resistencia y capacidad de adaptación táctica que le ha permitido consolidar su posición.
Los aliados se apresuran a destacar los elementos positivos: Desde el comienzo de la Operación Determinación Inherente, han muerto alrededor de 10.000 yihadistas del EI, sus actividades de contrabando se han reducido a la mitad y el territorio que controlan en la actualidad es un 40% inferior al de su momento de apogeo, en agosto de 2014. Por mal que se hable del declive del poder de Estados Unidos, es importante recordar que sigue siendo una superpotencia militar hegemónica. Si EEUU quisiera hacer una demostración de fuerza en Irak y Siria, podría derrotar rápidamente al EI. Ahora bien para cualquier ejército invasor, lo difícil llegaría después, con la probable oleada de atentados y guerra asimétrica que seguramente duraría años y tendría unos costes altísimos. Además suponer que el EI constituye el mismo tipo de amenaza que un Estado regional, es no entender en absoluto porque se ha vuelto tan poderoso. Desde la lógica militar estamos hablando de entre 50.000 y 70.000 combatientes según versiones occidentales y entre 100.000 y 200.000 según versiones egipcias, iraquíes y sirias, los cuales se encuentran en una de las zonas más llanas y desérticas del mundo. Estas fuerzas terroristas son observadas constantemente por drones, aviones de reconocimiento y satélites, los cuales pueden tener una capacidad de observación y reconocimiento mínima de 20 centímetros. Estamos hablando del escenario más fácil del mundo para obtener una victoria. ¿Dónde se refugia el Estado Islámico? En el interior de las poblaciones, que es otra de las formas que, desde tiempos inmemoriales, han tenido los ejércitos de protegerse del ataque enemigo. Por eso, intentar terminar con el Estado Islámico de un modo muy activo provocaría muchas bajas civiles. Pero como podemos acabar con la amenaza que se ha convertido en el mayor peligro para la humanidad? Si es verdad que se quisiera acabar con ellos, que a hoy día, creo y dudo mucho que con los intereses establecidos en la región, vayan a llevar a cabo una misión militar internacional para eliminar esa amenaza. Si realmente se quisiera aniquilar al Estado Islámico, estoy seguro que ya se habría hecho hace tiempo. Ya que combatir contra un enemigo ubicado en un terreno desértico, sin medios aéreos y prácticamente sin defensas antiaéreas, con lo que se tardarían apenas unas semanas en derrotarlos, con el apoyo de diversas divisiones y apoyo de artillería, helicópteros y la aviación, pondríamos punto final a la expansión del terror del Estado Islámico en Siria e Irak.
El Estado Islámico está sobreviviendo y expandiéndose porque se alimenta de un potente cóctel de sentimientos antioccidentales muy arraigados, odio a los musulmanes chiíes, y debilidad de los Estados que lo rodean. Las Operaciones militares tienen un papel importante en esta lucha, que es la de apoyar a los actores que están dedicando grandes esfuerzos a combatir al EI sobre el terreno. Pero la forma de resolver el problema en Siria tiene que ser muy distinta a la de Irak. Mientras que en este último país, la presencia de un gobierno legítimo permite a EEUU abastecer de material a las fuerzas que luchan contra el EI, en Siria no existe ese mecanismo. EEUU tiene que buscar socios locales, pero estos escasean. Entre ellos, están las Unidades de Protección Popular (YPG) de los kurdos de Siria, cuyo avance en el norte del país ha hecho retroceder al EI en cientos de pueblos desde hace 6 meses. Pero contar exclusivamente con los kurdos es una estrategia complicada. Fuera de sus bases territoriales, las YPG despiertan pocas simpatías y carecen de la voluntad necesaria para adentrarse en zonas de mayoría árabe que albergan los bastiones del EI. El resto es una combinación variopinta de grupos rebeldes. Durante los últimos 3 años, ninguno de ellos ha sido capaz de ponerse de acuerdo con ninguna agrupación política reconocida internacionalmente que pueda representar sus intereses.
Creo que el Estado Islámico tiene éxito porque no se enfrenta a un esfuerzo coherente y coordinado para destruirlo. De hecho esto nos demostraría que los últimos ataques realizados por la aviación rusa y el Ejército sirio demuestran que el grupo terrorista no es invencible, aunque también es verdad que combatirlo tampoco resulta fácil, ya que se trata de combatientes muy bien entrenados y bien armados. Además debemos recordar que las fuerzas iraníes han creado un centro estratégico en Bagdad para intercambiar información y elaborar la táctica de la operación contra el Estado Islámico junto a Rusia y otros socios aliados en Oriente Medio. Para poder derrotar al terrorismo necesitamos un acuerdo internacional que ponga en vigor una actuación militar coordinada entre EEUU y Rusia con el resto de potencias y países aliados de la región, como la reunión entre Putin y Hollande, los cuales acordaron “tres puntos principales” para luchar contra el terrorismo, según anunció el jefe del Estado galo.
1. Nuestros organismos de seguridad intensificaran el intercambio de información
2. Como resultado de la coordinación de nuestras acciones, reforzaremos los ataques contra el Estado Islámico y otras facciones terroristas
3. Centraremos nuestros ataques contra las posiciones del Estado Islámico y el resto de grupos o facciones terroristas que hay en Siria e Irak
Además Gran Bretaña también ha establecido un acuerdo cooperación militar con Irán y Rusia para llevar a cabo los ataques contra objetivos terroristas en Sira e Irak. Evidentemente, esto nos permite el trabajar conjuntamente con Rusia e Irán, para alcanzar un consenso que permita ejecutar una campaña internacional más eficaz y coordinada contra los yihadistas.
Abundan los rumores sobre la creación de tierras de nadie: una zona de seguridad en el sur, una zona turca en el norte, otra iraní y de Herzbolá alrededor de Damasco y un enclave druso de influencia israelí en el suroeste. De hacerse realidad, el EI quedaría rodeado por potencias externas, lo cual permitiría contenerlo en Siria, y, poco a poco, estrangularlo, pero supondría el fin de la Siria que conocemos. El ejército iraquí ha sido incapaz de dar la respuesta adecuada a la amenaza del EI, y han sido más bien las milicias chiíes, bajo control iraní, las que se han encargado de hacerlo. El norte los kurdos han logrado diversos triunfos, pero, como en Siria, les interesa, sobre todo, defender su patria, más que luchar por el Irak árabe. La clave es encontrar algún grupo iraquí que esté dispuesto a luchar, no por su identidad étnica, sino por todo el país.
Cuáles son pues los parámetros realistas para que una estrategia militar contra el EI obtenga resultados?
Primero: Es la paciencia; el problema no puede resolverse de la noche a la mañana, y debemos aceptar de que pueden pasar años antes de que la ideología que proyectan muestre sus carencias y pierda su atractivo
Segundo: Es ser conscientes de que los actores locales son fundamentales para derrotar al EI de manera definitiva.
Tercero: Es comprender que por ahora, seguramente, Occidente puede hacer poco más que ofrecer su poder aéreo y proporcionar formación.
Según los datos de la inteligencia de EE.UU., cada mes a la organización se unen al menos 1.000 voluntarios extranjeros, al margen de la movilización de la población en Irak y Siria, y hasta la fecha el número total de extranjeros supera a 25.000 terroristas de 90 países. De acuerdo con un ex miembro del grupo islamista, en todos los países occidentales operan divisiones clandestinas del EI, cuyo objetivo es desestabilizar la situación en los Estados europeos y organizar atentados si así se lo ordenan Al mismo tiempo, desde el principio el Estado Islámico se ha basado el control y la vigilancia para evitar que la organización se convierta en otra Al-Qaeda, sin una jerarquía y sin que esté claro quién manda y quién obedece. Se estimó que la cifra de combatientes extranjeros dentro del EI en 2014 era de entre 16 000 y 17 000 hombres y algunas mujeres de unos 90 países, según un estimado de una fuente occidental independiente. Dentro de ellos se encontraban 1.550 voluntarios franceses, que en 2015 aumentaron un 82% respecto del año anterior. El Estado Islámico creó campos de entrenamiento donde debían reunirse los islamistas radicales de diferentes países. Después de dos meses en un campo así, los reclutas se convierten en unidades de batalla perfectas que obedecen cualquier orden del líder. A pesar de su odio hacia Occidente, el Estado Islámico está haciendo un gran esfuerzo por reclutar a occidentales y así aumentar su influencia propagandística. Por ejemplo, tan solo durante el pasado mes de enero, unos 100 estadounidenses viajaron al extranjero presuntamente para unirse a los yihadistas en Siria e Irak, sumándose a los cerca de 6.000 occidentales que ya lo habían hecho. El Estado Islámico comenzó haciendo ostentación de su origen árabe. Esta organización surgió de Al-Qaeda en Irak, los cuales no luchaban contra las tropas estadounidenses sino contra los chiíes iraquíes. Luego se convirtió en “Emirato Islámico en Irak” y posteriormente en “Emirato Islámico en Irak y el Levante” (ELIL). El Ejército árabe sirio ha estimado cifras realmente muy reveladoras sobre los yihadistas que han estado combatiendo en Siria en los últimos 3 años, que sumarían entre 150.000 y 200.000 combatientes, de los cuales un 41% de estos terroristas serían saudíes, un 18,8% libios y solamente un 8% eran sirios. También yihadistas georgianos y chinos han combatido y combaten en Siria. Tales como Abu Omar Al-Shishani, un ex sargento de la inteligencia militar georgiana, entrenado por las Fuerzas Especiales de EEUU, en la guerra de Independencia contra Rusia en 2008, cuyo verdadero nombre es Tarkhan Batirashvili, que se convirtió en uno de los principales jefes del Estado Islámico. O el propio Abu Anisah al-Khazahi, el primer yihadista chino del Estado Islámico de origen kazajo y muerto en los combates en Siria.
El listado aproximado de los voluntarios terroristas que han llegado a Siria e Irak, y ahora muchos de ellos están combatiendo en Libia son: Reino Unido: 700; Francia: 1.550; Marruecos: 1.400; Túnez: 5.000: Jordania: 2.000; Alemania: 700; España: 150; Turquía: 1.400; Rusia: 1.700; EEUU; 420; Líbano: 900; Arabia Saudita: 2.275; Bélgica:400; Holanda: 200; Dinamarca 150; Noruega: 100; Finlandia: 50; Suecia: 100; Austria 100;: Italia: 130; Albania 160; Kosovo 130; Bosnia: 90; Egipto: 400; Palestinos; 200; Kazahastan:300 y otros países de Asia Central, Sudeste Asiático y Oceanía serían unos 1.700 voluntarios yihadistas. Aunque estas cifras van aumentando cada mes con lo cual el número de yihadistas combatiendo en Siria e Irak sería varios miles de mercenarios islamistas. Sin contar los cerca de 200.000 combatientes armados de diversas facciones terroristas que tenemos ubicados en Libia. Hay muchos bosnios musulmanes y chechenos curtidos en combates contra Rusia, así como fanáticos religiosos sin experiencia de combate pero dispuestos a morir por su fe, que quieren extender su lucha a Europa. Entre los terroristas se cuentan unos 6.000 europeos occidentales y alrededor de más de 400 estadounidenses, según el Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización (CIER), un grupo de estudios del King’s College de Londres. Se cree que entre el 10% y el 15% han muerto en combate. Cientos más han sobrevivido y regresado a sus países, y sus gobiernos se preocupan lo que puedan hacer allí. También se tiene datos de combatientes provenientes de países del extremo asiático con una considerable población musulmana, tal como Indonesia y Pakistán aproximadamente 300 por ahora. El Estado Islámico atacó París, Francia, el 13 de noviembre de 2015, con un saldo de 129 muertos, en su mayoría franceses. El presidente Hollande declaró el 14 de noviembre que los ataques fueron organizados desde el extranjero. El Presidente Hollande declaró estar en guerra contra el terrorismo por los bombardeos ocurridos, de tal manera Estados Unidos a cargo de su presidente Barack Obama y al igual la Federación Rusa por Vladimir Putin, han decidido establecer una coalición internacional y apoyarse entre estos países para atacar el terrorismo y así acabar con el Estado Islamico (ISIS)