Los enemigos de mis enemigos, ya no se sabe de quién son amigos. Esa es la geopolítica y la geoestrategia contemporánea en Oriente Medio. Estados Unidos, combate contra Irán en Siria, apoya a Irán en Irak contra el EI, negocia con Irán en Suiza a raíz del programa nuclear y combate contra Irán en Yemen apoyando a Arabia Saudita, el principal país que promueve el terrorismo. Y ahora EEUU tiene que dar protección con sus buques de guerra a los mercantes norteamericanos que navegan por el Estrecho de Ormuz, para evitar que no sean atacados por Irán. La creación del Estado Islámico por parte de ciertos países como Arabia Saudita, Turquía y Qatar ha pasado por tres etapas: la destrucción de los regímenes seculares y estabilizadores de Irak y Siria y el apoyo a los fundamentalistas sunitas contra Assad. La primera etapa de la creación del grupo Estado Islámico se produjo durante la guerra de Irak y el derrocamiento del gobierno secular de Sadam Husein. Dicho régimen fue «corrupto, pero estabilizador»: durante su gobierno Al Qaeda no existía dentro de Irak, y el Estado Islámico tiene su origen precisamente en Al Qaeda. Además, EE.UU. dejó el poder en Irak –la mitad de la población del país es sunita– en manos de un Gobierno chiíta. El hecho de que el Ejército iraquí y kurdo –los peshmerga– fueran derrotados por el Estado Islámico se debe a que los sunitas prefieren aliarse con sus correligionarios yihadistas a hacerlo con sus «adversarios religiosos» chiítas. La segunda etapa se dio en la campaña contra el Gobierno de Bashar al Assad en Siria. El presidente sirio contaba con una fuerza que durante muchos años mantuvo en «paz relativa» a un conjunto de sectas religiosas dentro del país. En sus intentos de desestabilizar al Gobierno de Siria, EE.UU. ayudó a los «precursores» del Estado Islámico en el país, entre los cuales, se encuentra el Frente al-Nusra. La tercera etapa de la formación del Estado Islámico tuvo lugar cuando «EE.UU. organizó a Arabia Saudita y Turquía para que financiaran y apoyaran a los rebeldes en Siria», quienes, ya eran un «proto-Estado Islámico». Arabia Saudita profesa principalmente el wahhabismo, una de la más «virulentas y agresivamente antioccidentales» versiones del Islam. Lo que explica que 15 de los 19 terroristas que secuestraron los aviones del 11 de septiembre de 2001 fueran sauditas, así como el propio líder de Al Qaeda Osama bin Laden.
En efecto, el Emirato Islámico fue creado por las monarquías del Golfo con ayuda de Turquía, algo que siempre he denunciado y que ahora aparece demostrado en un documento de la DIA (Defense Intelligence Agency) publicado por Judicial Watch y el periódico alemán Der Spiegel. A su vez Turquía persigue sus propios intereses en la región, algo demostrado por el hecho de que este país «que ha financiado y promovido al Estado Islámico» no se haya unido a los actuales ataques aéreos realizados por EE.UU. y sus aliados contra posiciones del grupo yihadista en Siria. Tampoco le interesa a Turquía que sean fuertes los kurdos que combaten contra el Estado Islámico, ya que en caso de que se acabara formando un estado kurdo, «una parte suya sería hoy parte del territorio turco” Pese a haber creado al Estado Islámico, EE.UU. muestra sus fragilidades a la hora de combatirlo debido a la ausencia de una «estrategia coherente». En este sentido, los «rebeldes moderados» que EE.UU. entrenaba en Siria contra Assad ahora se niegan a luchar contra el Estado Islámico, lo cual ya no me sorprende, ya que estos rebeldes entregaban a los yihadistas armas suministradas por EE.UU. «Las fuerzas más capaces de vencer al Estado Islámico» a corto plazo, son Rusia, Siria e Irán, pero EE.UU. prefiere ver como la situación de los terroristas se agrava antes que verlos «vencidos por los enemigos de EE.UU”.
La Unión Europea y EEUU afirman apoyar la guerra contra el EI, pero ellos nunca mencionan al otro gran grupo terrorista, el Frente al Nusra, que es la rama siria del movimiento terrorista global Al Qaida. ¿Ha olvidado Occidente los ataques del 11-S? En 2001, Al Qaida era el gran enemigo de las naciones occidentales y el objetivo de la así llamada “guerra contra el terrorismo”. El Estado Islámico está obteniendo apoyo de ciertos grupos locales y regionales, algo que EEUU y la UE deberían evitar, no están haciendo nada para detener este apoyo incluso aunque sería muy fácil para ellos hacerlo. Parece haber un intento por parte de algunos países occidentales, especialmente Francia y EEUU, para recrear la fracasada estrategia puesta en práctica en Afganistán en los años ochenta del pasado siglo, es decir, apoyar a grupos terroristas contra sus rivales internacionales y regionales sin que importen las consecuencias para los pueblos de la región y, en última instancia, para los propios países occidentales. Turquía, Arabia Saudí y Qatar se han convertido en los principales patrocinadores del terrorismo en el mundo. Recientemente, Turquía envió a miles de terroristas a través de la frontera con Siria con el fin de lanzar una ofensiva en la provincia de Idleb, cuyo territorio se encuentra ahora en las manos del Frente al Nusra. Por su parte, Qatar y Arabia Saudí han lanzado una campaña mediática para intentar limpiar la imagen del Frente al Nusra. El pasado mes de marzo, algunos medios árabes del Golfo Pérsico afirmaron que esta organización podría “romper sus vínculos” con Al Qaida, liderada por Aiman al Zawahiri, sin cambiar su doctrina y formar una nueva organización apoyada por las monarquías del Golfo. En consecuencia cualquier campaña que busque un éxito decisivo, sostenible y aceptablemente rápido debe combinar la acción aérea con la terrestre. El enemigo que debe dispersarse para escapar de los ataques aéreos no puede después concentrarse oportunamente para hacer frente a un ataque de fuerzas terrestres. Y si logra concentrar unidades y recursos estos se convierten en un blanco fácil y rentable para las fuerzas aéreas. La Guerra del Golfo de 1991, es posiblemente el mejor fenómeno de este ejemplo. Fue un auténtico error atacar a Irak en la primera Guerra del Golfo y derrocar a Sadam Hussein en la segunda guerra en 2003. Tal y como afirmo Rand Paul, Senador Republicano y candidato a la Presidencia de los EEUU: “Cada vez que deponemos a algún dictador, nos sumimos en un caos (…) considero la guerra como el último recurso», subrayó el político. Debemos ser conscientes que estamos entrando en un conflicto que se va a generalizar en todo Occidente, estamos en una guerra no declarada, un enfrentamiento entre Oriente y Occidente, el enfrentamiento de las Civilizaciones que matizaba Huntington, por desgracia y debido a los errores que hemos estado cometiendo desde hace años se verá hecho realidad. Me gustaría señalar un paralelismo en la estrategia que estamos llevando a cabo para derrotar al EI. En la primera Guerra del Golfo, en 1991, 36 naciones se aliaron para derrotar a Sadam Hussein, según el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Irak había violado diversos tratados internacionales invadiendo Kuwait. Con lo que se decidió la intervención en la que participaron más de 950.000 soldados de 36 naciones, de los cuales 415.000 eran norteamericanos, más de 2.000 carros de combate, 2.200 aviones de combate, más de 100 buques de guerra, con el objetivo de salvar el petróleo…. Sadam Hussein no era ningún peligro para la estabilidad mundial, ni en 1991, ni en 2003, pero acabamos con su régimen y provocamos el caos y la guerra en Oriente Medio, lo mismo ha sucedido con Libia y Siria.
Pero en la actualidad, El Estado Islámico representa el mal encarnado en el Islam, un peligro para Occidente y para la humanidad. Y que hacemos para combatirlo y derrotarlo, enviamos 187 aviones de combate que de vez en cuando realizan algún ataque, para que no se diga que no combatimos al EI. Desde Occidente reforzamos a los soldados iraquíes y a los peshmergas kurdos con el envío de 17.000 asesores militares, de los cuales 12.000 son norteamericanos y más de 300 del Mando de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra y de la Legión. La tarea no es fácil, ya que se encuentran con un ejército de altos índices de corrupción, deserciones y con poca preparación. Estados Unidos ha detectado planes para cometer atentados terroristas utilizando falsos reclutas, introducidos por el Estado Islámico. Mi pregunta y reflexión es, “Si el EI representa la mayor amenaza para la humanidad, porque entrenamos a los iraquíes y a los kurdos para que mueran defendiendo a la humanidad ellos solos” “Curiosa la forma que tenemos de acabar con el EI, enviamos a los asesores militares, entrenamos a los kurdos y a los iraquíes y les decimos ahora os vais a combatir a los terroristas, que nosotros ya os diremos desde la retaguardia como tenéis que hacerlo” El problema es que el Estado Islámico ya nos ha vencido, su mayor victoria es nuestra mayor debilidad, Occidente ha sido derrotada por que ha perdido sus valores cristianos. Su Santidad el Papa Francisco, alerto que si Occidente no actuaba, los cristianos serían aniquilados en Oriente Medio, cada hora es asesinado un cristiano a manos de los terroristas, según afirmó la Agencia de Noticias FIDES del Vaticano. Si queremos derrotar al EI, debemos llevar a cabo una acción militar terrestre que aniquile a ese estado terrorista que amenaza la estabilidad y la seguridad mundial, porque de lo contrario será demasiado tarde.